Vuelve Philippe Coutinho a la Premier. Vuelve a Inglaterra, el único país donde fue realmente feliz. Vuelve bajo el cobijo de un viejo amigo, Steven Gerrard, con quien compartió sus mejores días como futbolista en el Liverpool. En Anfield fue el estadio donde se sintió un verdadero mago, condición que intenta recuperar ahora en el Aston Villa.

Se va cedido al club inglés con opción de compra y el acuerdo, según ha informado el Barça, "está pendiente de que el jugador supere la revisión médica y de reciba el permiso de trabajo inglés".

Se va a Inglaterra cedido hasta junio porque ni antes (Italia con el Inter, el club que lo descubrió en Brasil, que lo cedió al Espanyol) ni después (fichaje por el Barça con cesión de ida y vuelta al Bayern de Múnich) halló Coutinho el escenario adecuado para expresarse como futbolista. Por eso, y con 29 años, consciente de que en el Camp Nou no encontró jamás su sitio, superado por la descomunal etiqueta de jugador más caro de la historia, coge el avión y retorna a Inglaterra escogiendo el Aston Villa de Gerrard para intentar un último y desesperado salto en su carrera.

Último porque se le agota el tiempo, desaparecido como anda de la elite. Y desesperado porque se juega la posibilidad de poder ir en noviembre al Mundial de Catar-2022 con el Brasil de Tite, un seleccionador que sí ha confiado en él. Pero por mucho que confíe necesita que juegue. Y en el Barça no lo iba a hacer.

Llegó con Valverde en un mercado invernal (2018) y se va con Xavi en otro mercado invernal (2022). Cuatro años, que son tres, en realidad, porque estuvo un curso cedido en el Bayern. Vino para sustituir a Iniesta, quien meses después de su llegada elegía la aventura del Vissel Kobe, y compartir química de vestuario con Luis Suárez, con quien había coincidido en Anfield, y Messi. Era el segundo fichaje post Neymar. El primero, Ousmane Dembélé, ya empezó saliendo mal desde el inicio. El segundo, también. 

Necesita Coutinho salir del Camp Nou, donde no logró dejar huella alguna con ningún entrenador. Ni con Valverde. Tampoco con Koeman. Y menos aún con Xavi, resolviendo una parte del sustancial problema económica que ahoga al club: la elevada masa salarial de la plantilla.

Con su cesión al Aston Villa se encuentran más recursos para poder ajustarla a la demanda que exige la Liga de Fútbol Profesional (LFP), pero es obvio que el Aston Villa, no está en condiciones de asumir el salario de megaestrella mundial que firmó en enero del 2018 con Bartomeu de presidente. Ubicado en la zona anónima de la Premier, es decimotercero, a 11 puntos del peligro del descenso y a 13 de la frontera Champions que marca el Arsenal, el equipo de Gerrard confía en Coutinho para protagonizar el salto de calidad que necesita.

Coutinho. EFE

Lo persigue también el brasileño, que se ha ido apagando como futbolista hasta entrar en un territorio oscuro, atrapado por las lesiones, incapaz de ser lo que un día fue en Anfield, su verdadero paraíso. Atormentado vive futbolísticamente desde que abandonó el templo del Liverpool. De aquí para allá (Barcelona, Múnich, Barcelona y, ahora, Birmingham) sin asentarse en ningún lugar, como si hubiera perdido aquel encanto que le hizo recibir el apodo de mago.

"Es un futbolista maravilloso", ha asegurado Gerrard con quien estuvo dos años y medio jugando de red. "Estamos hablando de un jugador individual de clase mundial", ha añadido el técnico del Aston Villa, mientras Coutinho lleva días machacándose a trabajar en su gimnasio privado. Y comparte ese esfuerzo silencioso en sus redes sociales para demostrar que se resiste a asumir el declive. 

En nueve meses, ha sufrido tres operaciones en la rodilla izquierda teniendo incluso que acudir a Brasil (abril del 2021) a buscar el médico de la selección para recomponerla. Ahora es el propio Coutinho el que busca recomponerse como futbolista después de un período negro, castigado por las lesiones y su inadaptación al complejo universo Barça donde nunca halló su sitio (no fue interior zurdo, ni tampoco extremo izquierdo, ni media punta, un rol que no suele usarse en el Camp Nou), llegando a enfrentarse con el público.

Se va y nadie lo echará de menos, retrato de un fracaso que no solo afecta a él sino a quienes lo eligieron como pilar del proyecto deportivo azulgrana y desembolsaron una fortuna (120 millones más 40 en variables) nunca vista después. Ahora, según Transfermarkt, la web de referencia del mercado mundial de fichajes, el valor actual del brasileño es de 18 millones. Se va Coutinho y es como si no hubiera venido nunca.