Ni siquiera el covid ha podido con él, aunque lo ha dejado muy maltrecho. El “Boxing Day”, la tradicional jornada futbolera que se celebra en Inglaterra en la época navideña, volverá a reunir este domingo a familias ansiosas por disfrutar de su equipo en los estadios. No podrán hacerlo todas. El dichoso virus ha sacudido el programa con partidos aplazados y contagios de muchos futbolistas, tanto en la Premier como en el resto de categorías. Hay fechas con un significado especial que están marcadas a sangre y fuego. El 26 de diciembre es una de ellas. Mientras el balón se paraliza en el resto de Europa, en Inglaterra rueda con más pasión que nunca. Así ocurrió por primera vez en 1860, cuando el Sheffield FC, el club más antiguo del país, y el Hallam FC disputaron el primer partido de la historia a nivel de clubs. Con el tiempo ese día acabaría convirtiéndose en una fiesta de gran relevancia.

Todo se ejecuta para que el “Boxing Day” sea una jornada llena de color, con más presencia que nunca de los niños. La federación diseña el calendario para que se enfrenten clubs de una misma área, de modo que el desplazamiento de hinchas sea más sencillo. El nombre recuerda al personal doméstico y la gente desfavorecida que recibían cajas (boxes en inglés) con comida y dinero de sus jefes o benefactores el día después de Navidad.

La semana ha sido muy intensa en Inglaterra, con reuniones continuas desde el lunes para decidir si se aplazaba alguna de las jornadas navideñas (habrá tres en nueve días). La tradición pesó más que la pandemia y se determinó continuar con el programa previsto, a pesar de que se iban sucediendo los positivos, entre ellos los de figuras reconocidas como Jorginho, Lukaku o Thiago Alcántara.

Era evidente que un “Boxing Day” al completo sería una misión imposible. El jueves ya se confirmó el aplazamiento de dos encuentros: el Liverpool-Leeds y el Wolverhampton-Watford, en ambos casos a petición de los clubs visitantes al no disponer de futbolistas suficientes por el covid. El Leeds, dirigido por Marcelo Bielsa, anunció, incluso, el cierre de su ciudad deportiva durante dos días. El viernes se canceló el Burnley-Everton, tal y como había suplicado Rafa Benítez, técnico de los mermados toffees.

La Premier lamentó “decepcionar” a los aficionados y aseguró entender “sus frustraciones”, según explicó el organismo en un comunicado en el que priorizaba “la salud y el bienestar” de los deportistas. También introdujo nuevos protocolos para preservar el negocio en un calendario frenético que incluye partidos hasta el 3 de enero. Si el covid lo permite.