Asoma de nuevo el inconfundible rostro de José Juan en los informativos nacionales. Un clásico invernal en los últimos años. Llega la Copa del Rey, el tiempo de la efímera gloria de los modestos, y el teléfono del vigués vuelve a llenarse de mensajes, su voz protagoniza los programas nocturnos, los memes con su imagen cruzan el país, y sus cuentas en las redes sociales reciben un nuevo impulso en forma de cientos de seguidores.

Si hace un año sus paradas ante el Real Madrid fueron la razón del histórico batacazo del equipo blanco en la Copa del Rey, esta semana su víctima ha sido el Levante. Aunque su rival resulte menos mediático, la resonancia de sus intervenciones en la tanda de penaltis ante un “primera” han convertido una vez más al meta vigués en indiscutible protagonista de una eliminatoria que nos devuelve la parte mágica de esta competición. Ante el Levante José Juan detuvo dos de los cuatro lanzamientos que realizó el conjunto “granota”. Pepelu y Bardhi se encontraron con sus guantes; Roger lanzó al poste y solo Morales, en un tiro algo sorprendente en él, acertó. José Juan quiere compartir ese momento de gloria con sus compañeros, pero también con el entrenador de porteros, Gabri Rivera: “Preparamos la tanda y vimos quiénes podían lanzar y lo que acostumbran a hacer. El mérito principal es de Gabri que es quien se dedica a eso”. Pero luego hay un factor que queda en manos del portero y ahí es donde entra en juego la cabeza de José Juan: “A Bardhi por ejemplo sabíamos que en los últimos había lanzado dos a la derecha y uno cruzado. Al final tienes que elegir una de las opciones con la suerte de que acerté”.

El Alcoyano disfruta de una situación cómoda en la zona media de la clasificación de su grupo de Primera RFEF. No muy lejos del play-off que es el objetivo del club. Prolongar su estancia en la Copa del Rey es un extra que permite disfrutar a la localidad: “Me ha hecho ilusión lo de este año en gran medida porque pudimos celebrarlo con ellos en el campo. Hace un año fue más llamativo por eliminar al Real Madrid, pero por la pandemia habíamos tenido que jugar a puerta cerrada y esa es la gran pena que nos quedó de aquello. Esta vez ha sido diferente y muy emocionante”. Con la bola del Alcoyano de nuevo en el bombo y la regla de que los equipos de menor categoría serán los que se enfrenten a los principales equipos de Primera División, existe la posibilidad de que vuelva a cruzarse con el Real Madrid. José Juan se ríe: “Yo encantado la verdad. ¿Por qué no? Una gran experiencia. Nos encantaría volver a enfrentarnos a ellos o a un equipo como el Barcelona o el Atlético de Madrid. Sería un gran premio para nosotros, para el club y para nuestra gente”. Aunque en la cabeza de José Juan habría una eliminatoria mucho mejor: “Me encantaría jugar contra el Celta. Es mi equipo, el lugar donde me formé y sería emocionante”.

Dentro unos días el buen portero vigués cumplirá los cuarenta y dos años. César Caneda se resiste a entregarle la condición de jugador más veterano del fútbol profesional español. El central vitoriano de la SD Logroñés, trece meses mayor que el vigués, aún estira su carrera en La Rioja. José Juan (Josiño en sus inicios en el Celta B) no descarta heredar esa condición aunque es algo que primero depende del ánimo de Caneda y posteriormente, del suyo propio. Hace meses, cuando el Real Madrid aún sentía en las costillas el dolor por la derrota en el Collao, José Juan advertía que su futuro se iba decidiendo “año a año” y que no sabría qué haría la temporada siguiente. Pues bien, el Alcoyano confió en él un año más. Ahora se repite la situación y también las respuestas: “Ya veremos. Yo estoy a gusto y vamos tomando esas decisiones año a año. Cuando acabe la temporada veremos qué quiere hacer cada uno”. Tiene claro (solo faltaba) que “el adiós está cada vez más cerca y lo asumo, pero es algo que no me preocupa”.

Este vigués que comenzó jugando en Vigo en el Independiente ha disputado ya más de cuatrocientos partidos en las diferentes categorías del fútbol español. De todos esos partidos solo uno fue en Primera División. Sucedió en 2003 cuando era el portero del Celta B y cubría las eventuales ausencias en la lista de convocados de Cavallero y Pinto. Poco tenía que ver aquel equipo con el actual. José Juan, que impresionaba en el filial, siempre encontró un muro insalvable en la portería del primer equipo. Pero un domingo de mayo de 2003 se sentó en el banquillo de Balaídos porque Pinto tenía varicela. A falta de media hora, Cavallero se lesionó y Lotina le hizo un gesto para que saltase al campo. José Juan pisó el terreno de juego con 2-1 a favor de un Celta que resistió gracias a sus paradas las acometidas de los santanderinos. La grada estaba feliz con él, pero Ramírez Domínguez alargó el descuento hasta el minuto 99. Y justo en ese momento llegó el desastre. Saque de esquina en contra, José Juan mide mal la salida y Diego Alonso cabecea a la red. Inconsolable en el vestuario, el portero vigués sintió aquel gol como una cuchillada. Después de esa media hora jugó un partido de vuelta de Copa del Rey en 2004 ante el Alavés. Ganó el Celta, pero acabaron eliminados. Y ahí se acabó la aventura de José Juan en el Celta. La puerta del primer equipo estaba sellada y él se marchó a hacer fortuna. Pasó por las porterías del Ourense, Ciudad de Murcia, Granada 74, Aguilas, Granada y en 2012 llegó a Lugo. En el Anxo Carro vivió sus mejores días en el fútbol profesional. Idolatrado por los aficionados, que le crearon una canción con la música del “Gloria” de Umberto Tozzi, el vigués jugó a un nivel sobresaliente hasta 2017. Su figura se venera aún en el estadio lucense.

Tras cerrar esa etapa José Juan se fue al Elche, en Segunda. Allí perdió el puesto a manos de Badía y con 39 años aceptó la propuesta del Alcoyano. Pensó en jugar un año y retirarse tal vez, pero el ascenso a Segunda B y su buen estado le invitaron a continuar. Y ahí sigue tres años después. “Me siento bien. Cada año he decidido perder un kilo de peso para sentirme más ligero y la verdad es que me va muy bien”. Y mientras llega el momento del adiós se va entreteniendo añadiendo muescas de renombre a su extensa hoja de servicios.