El Celta aprovechará la visita del Barcelona mañana a Balaídos para tributar un emocionado y merecido homenaje al portero Sergio Álvarez, el Gato de Catoira, retirado el pasado verano y a quien la pandemia había privado hasta la fecha del cariño de la hinchada celeste.

El guardameta canterano recibirá, coincidiendo con la visita del conjunto azulgrana, una despedida acorde con la admiración que despierta su figura tras más de una década de ejemplar entrega a los colores del club y a su afición, desde su paso por las categorías inferiores a su larga etapa en el primer equipo.

Sergio realizará el saque de honor y podrá recibir una última ovación del celtismo sobre el césped en el que tantas veces ha hecho felices a los aficionados. Era una cuenta pendiente que el club y la afición tenían con el futbolista tras la lesión de rodilla que le obligó a colgar los guantes a finales de la pasada temporada. En mayo pasado, el Celta organizó para el jugador un entrañable acto de despedido en el que participaron plantilla, cuerpo técnico, directivos, excompañeros y familiares, pero en el que faltaba lo más importante: el calor del público.

Mañana el Gato se reencontrará con la afición en el campo en una jornada verdaderamente especial para el celtismo.