Philip Sekulic (Queensland, Australia, 2003) necesitó casi 22 horas para hacerse con el título individual júnior del Vigo Open Tennis pero, al final, lo logró. Ni la lluvia, que se presentó el sábado a punto de concluir la final femenina, ni Martín Landaluce (Madrid, 2006) pudieron impedírselo.

 El español era el segundo jugador júnior que este año se había plantado en una final de grado 2 en 25 torneos (el alemán Liam Gavrielides, en Hannover, fue el primero) con una wild card. Ninguno de los dos logró vencer, aunque Landaluce, entrenado por el lucense Óscar Burrieza, demostró ser la revelación del torneo vigués.

 El tenis aussie fue el más sólido del cuadro y, apenas un mes después de cumplir la mayoría de edad, Philip se impuso por 6-1 y 6-2 a la extraordinaria promesa capitalina en 55 minutos de juego real.

 El triunfo del australiano, que suele entrenarse en Brisbane, es su cuarto título este año en el circuito mundial tras Cracovia (grado 3), Budapest (grado 2, como este) y Hannover (grado 1). El viernes ya había ganado en Samil el cuadro de dobles con el japonés Jay Dylan Hara, a costa del nipón Lennon Roark y al británico Luca Pow (6-3 y 6-2).

Sekulic y Landaluce se saludan a la conclusión del partido.

La verdad que fue una final muy extraña. El sábado, tras cuatro horas de espera y retraso por la climatología, primer juego y parón de nueve minutos por la llovizna. Se disputó un set y el australiano se adaptó mejor: apenas un par de errores frente a excesivos golpes fallados por el madrileño. Y la derecha de Sekulic, primer cabeza de serie, era un obús. Rompió el saque en el primero, se puso 2-0 y Martín solo fue capaz de responder una vez con saque en blanco (2-1). Luego, partido del jugador de las Antípodas.

 El domingo, el torneo que patrocinó el Concello de Vigo puso a prueba su eficacia: los voluntarios de Vodea trabajaron de nuevo a destajo con personal organizativo en el secado total de la pista. Y salió bien. El director del evento, Manuel Álvarez, “Noli”, no necesitó utilizar la pista cubierta de reserva (Club de Campo).

 Quien no pudo modificar su suerte en la final fue Landaluce. Su revés se le fue largo en más ocasiones de lo habitual y nunca se sintió dominador. Sekulic ganó su saque (1-0), Martín el suyo (1-1) y desde ahí aquel se mostró intratable (4-1) para cerrar el set en 6-2.

 En la entrega de trofeos, la organización incidió en el apoyo del Concello, del patrocinio privado y en el de los empleados municipales del complejo deportivo de Samil. Estimaron que la media diaria a las jornadas fue de unos 500 espectadores y anunciaron que el año que viene volverán. Igual que la Federación Gallega de Tenis, que desea mantener en Vigo el ITF femenino.