Rápido de Bouzas        2

Álex Vila, Iago,_Jesñus, Lede, Carlos (Noel, minuto 60), Javi Otero (Millán, minuto 85), Cellerino (Adriñan, minuto 78), Salgueiro, Abal,_Carlos y Joel (Presas, minuto 85).

Arzúa   0

Cristopher, Bilal, Pájaro (Iván, minuto 46), Marcos,_David García, Pedreira, Diego, Iñaki, Álex Ruiz, Óscar (Lois, minuto 67) y Viqueira.

Goles: 1-0, minuto 16:_Salgueiro. 2-0, minuto 87: Millán. Árbitro: Gil Soriano, auxiliado por Gándara Bello y Gil Soriano. Amonestó a Lede por el Rápido y a Bilal, Pájaro y David García por el Arzúa. En el minuto 87 expulsó al lucense Iván por doble amarilla. Incidencias: Encuentro disputado en el Baltasar Pujales, que registró una buena entrada.

Buen partido del Rápido de Bouzas ante un Arzúa que se estiró en la segunda parte disponiendo de ocasiones para empatar, pero que al final encajó un segundo tanto que sentenció el partido.

Los jugadores entrenados por David de Dios sabían de la necesidad de lograr la victoria para sacarse de encima el mal sabor de boca que les dejó la derrota del domingo pasado en As Somozas.

Y esa circunstancia se notó desde el pitido inicial. Los aurinegros comenzaron a jugar muy arriba para que los lucenses no se encontraran cómodos en la salida del esférico. Así, las primeras ocasiones de gol no tardaron en llegar para los jugadores entrenados por David de Dios, que tuvieron fortuna pasado el primer cuarto de hora del partido. Fue una buena jugada de los boucenses, que permitió a Carlos Pereira poner un balón medido al área, para que Pablo Salgueiro, viniendo desde atrás, rematara al fondo de la red.

Con ventaja en el marcador, el juego de los vigueses fue más pausando, esperando que los lucenses se estiraran buscando la igualada para matar el partido a la contra.

Esa circunstancia llegó en la segunda parte, en la que el Arzua se fue arriba buscando la igualada. Tuvieron un par de oportunidades para conseguirlo, pero esta vez la fortuna estuvo del lado vigués. El Rápido buscaba una contra para sentenciar el partido, pero los balones largos se perdían o eran rematados en malas posiciones. Al final, cuando el partido estaba a punto de finalizar, llegó el tanto vigués que sentenciaba el partido.