El Coruxo logró ayer la segunda victoria consecutiva de la temporada, en un partido en donde los jugadores entrenados por Gonza tuvieron que remontar el gol inicial del asturiano Nacho.

Fue un partido extraño, con un Coruxo que jugó muy bien en los primeros cuarenta y cinco minutos, pero que en la segunda parte se contagió de la locura de los asturianos y el partido se volvió loco.

Los dos equipos se tomaron un tiempo, tras el pitido inicial, para establecer sus prioridades en los primeros cuarenta y cinco minutos. Gonza sabía que el Langreo sin balón sufría mucho, por lo que juntó hombres en la medular para que los asturianos no estuvieran cómodos. La situación provocó que el Coruxo tuviera el balón, y el Langreo corriera tras el. El técnico asturiano lo echaba a la falta de aclimatación al terreno de juego, pero la realidad es que los vigueses jugaban y no dejaban jugar al rival, algo que muy pocos equipos lo consiguen.

Sin embargo la situación no eran tan idílica como podría parecer. Por un lado, el Coruxo continúa con problemas para convertir las numerosas ocasiones de gol que genera. Mateo o Martín Rafael dispusieron de alguna de las oportunidades que tuvo el Coruxo en los primeros cuarenta y cinco minutos de juego.

Mateo golpea el esférico durante el partido de ayer ante el Langreo. // MARTA G. BREA

El segundo problema es el peligro que genera el rival con muy poco. El entrenador vigués sabe que ese es uno de los aspectos que hay que mejorar en las próximas semanas, porque en un partido como el de ayer, totalmente dominado por el Coruxo, dos fallos defensivos costaron un susto enorme y un gol. A los doce minutos de juego, el Langreo saca el balón de banda y sin nada, el balón se pasea por delante de la meta de Alberto, con un Dorian que falló lo más fácil.

El gol llegó a la media hora de juego, en una contra de Sandro por la banda derecha, que se encontró un pasillo sin fin que le permitió disparar a puerta, despejando Alberto y aprovechando Nacho el rechace para marcar.

El Coruxo reaccionó muy bien, y cuatro minutos más tarde utilizaba la estrategia para empatar el partido. Gandoy saca una falta, y en el segundo palo aparece Aarón para igualar el choque. Empezaba un partido nuevo.

Tras el paso por el vestuario el Langreo adelantó líneas. Presionaba la salida de balón de los vigueses, y el partido se volvió loco. El centro del campo desaparecía y el esférico circulaba de un lado al otro del campo con ocasiones para los dos equipos. Los dos técnicos tampoco se conformaban con el empate, y movieron los banquillos. En un primer momento a quien le salió mejor la partido fue al entrenador asturiano, pues Junior y Fakir, dos jugadores que entraron a poco menos de media hora para el final, dispusieron de varias ocasiones para deshacer la igualada en el marcador.

Chiqui intentaba revolucionar la banda izquierda, con un Aitor Aspas que tenía mucho recorrido por la banda, pero una vez más toda la intensidad ofensiva se diluía al llegar a la frontal del área.

Sin embargo la mejor jugada le salió a Gonza con un cambio que a lo largo de estas pocas jornadas del campeonato se está volviendo habitual. El técnico le dio entrada a Borja Domingo en sustitución de un Silva que se desfondó presionando muy arriba a los asturianos.

Borja aprovechó su ocasión en el último minuto de juego, en el tiempo añadido, cuando Chiqui le mete el balón en corto dentro del área y el delantero conecta un potente disparo ante el que nada puede hacer el guardameta asturiano.

Locura en un equipo, y en las gradas, que comienzan a ver cómo el equipo comienza a carburar y se puede ver el futuro con optimismo.