Fue uno de los rostros más reconocibles del atletismo español durante años. La palentina Marta Domínguez, cuatro veces campeona de Europa (dos de 5.000 metros al aire libre, una de 3.000 en pista cubierta y una de cross) y temporalmente, una del mundo (su título fue finalmente desposeído) marcó una era, incluso con luces y sombras, en el deporte español. Años más tarde, con 45 en su DNI, poco queda de aquello más allá de su palmarés, y su realidad laboral es otra muy diferente.

Marta brilló sobre el tartán durante una década y media, desde su primer bronce continental con apenas 20 años hasta sus últimos y controvertidos éxitos rozando los 35. Sin embargo, su final deportivo fue complicado, al verse implicada junto a Eufemiano Fuentes en la llamada Operación Galgo. Su título de campeona mundial en Berlín y su plata europea en Barcelona, ambos logros en la prueba de los 3.000 obstáculos, fueron borrados ante las pruebas de utilización de sustancias prohibidas. Su carrera quedó definitivamente sentenciada.

Entonces, Domínguez se pasó al mundo de la política llegando a ser senadora por Palencia, en las filas del PP, entre los años 2011 y 2015. Aquello también finalizó abruptamente, con la confirmación de su sanción, que hizo que la formación la retirase de su siguiente candidatura al Congreso.

La atleta desapareció entonces de la vida pública. Su primer rumbo fue intentar sacar las oposiciones a policía nacional, sin éxito. Años más tarde, Marta trabaja como vigilante de seguridad en la pequeña estación de tren de su ciudad.

Su vínculo con el deporte ya es, por tanto, muy reducido. Sin embargo, no es inexistente, ya que según informa La Bolsa del Corredor, dos veces por semana Domínguez acude a Venta de Baños para entrenar a jóvenes que se inician en dicho deporte.