El ciclista italiano Sonny Colbrelli (Bahrein-Victorious) se impuso en la 118ª edición de la París-Roubaix, tras 267 kilómetros marcados por la lluvia y el barro y en la que se impuso al esprint final en el velódromo al belga Florian Vermeersch (Lotto Soudal) y el neerlandés Mathieu van der Poel (Alpecin-Fenix), que completaron el podio de la carrera más dura del siglo.

903 días después de la última edición, que coronó a Gilbert, la ‘clásica de las clásicas’ fue más ‘Infierno del Norte’ que nunca. Las condiciones extremas acompañaron a los corredores durante todo el recorrido por el pavé y provocaron algunas caídas que propiciaron los primeros huecos en el pelotón.

Contra todo pronóstico, el italiano Gianni Moscon (INEOS Grenadiers) se mantuvo buena parte de la prueba en cabeza de carrera, pero en los últimos 25 kilómetros sufrió un pinchazo, cambió la bicicleta y más tarde sufrió una doble caída que facilitó que el trío del podio pudiese alcanzarle en el Carrefour de l’Arbre, a 15 kilómetros para meta, empujados por la fuerza de Van de Poel que dio la cara todo el día y se movió por el adoquín con la destreza que demuestra durante todo el año en el ciclocross.

Van der Poel, Colbrelli y Vermeersch salieron de allí con una renta de 1:03 sobre el grupo de Wout van Aert (Jumbo-Visma), y entre ellos se quedó la victoria. El joven Vermeersch, de 22 años, trató de escaparse a falta de tres kilómetros, pero sus compañeros de fuga lo neutralizaron. Todo se decidiría en el velódromo de Roubaix.

En la vuelta final, Colbrelli arrancó con fuerza y ya nadie pudo discutirle su primer ‘Monumento’, que pasa a lustrar un palmarés al que el mes pasado añadió su título de campeón de Europa. Todo en la primera victoria de un italiano en la cita desde 1999.

Entre los españoles, Iván García Cortina (Movistar) terminó vigésimo séptimo, a 7:14 del ganador, mientras que Lluis Mas (Movistar) concluyó en el puesto 93 e Imanol Erviti (Movistar) tuvo que retirarse.