Hubo que aguardar a la última jornada del Mundial de Piragüismo en la modalidad de Maratón que se disputa en Baskov para que llegase la primera medalla de oro para la flota española. Faltaba esa guinda a una buena participación que se acabó saldando con siete medallas, una de oro, tres de plata y otras tantas de bronce, casi todas ellas con piragüistas gallegos como protagonistas. Solo Hungría (los grandes dominadores), Dinamarca y Ucrania han conseguido más medallas que los españoles.

Esa primera medalla llegó gracias al esfuerzo de dos veteranos que llevan ocho años remando juntos en el C-2, Tono Campos y Diego Romero, que se resarcieron de quedarse sin medalla en la Short Race, y sobre todo, en no haber conseguido renovar Campos el título de campeón del mundo en la categoría individual. Obtener ese premio no resultó sencillo ya que lo ocurrido el día anterior, cuando Tono Campos se vino abajo en las últimas vueltas después de liderar la carrera individual, sembraba dudas sobre lo que podía ocurrir. La pareja del Breogán de O Grove se encontraba dentro de la terna de favoritos antes de que comenzasen a remar, junto con los húngaros Marton Kover y Marton Horvath y los polacos Mateusz Borgiel y Mateusz Zuchora.

Esas tres embarcaciones pronto se destacaron del resto, con los portugueses Rui Lacerda y Ricardo Coelho tratando de enlazar con ellos. Durante cinco de las siete vueltas, hubo una colaboración estrecha entre las tres embarcaciones, ampliando la distancia con sus perseguidores hasta que la pareja húngara comenzó a dar muestras de flaqueza. Breoganistas y polacos se fueron por delante dispuestos a jugarse el título en la vuelta corta final. Ambos barcos llegaron al último porteo prácticamente estorbándose y tratando de tomar la posición, y en eso anduvieron más hábiles Campos y Romero.

El grovense y el vilagarciano consiguieron ganar unos metros de ventaja que acabarían siendo definitivos para renovar el título obtenido en 2019. Los dos conseguían cruzar la línea de llegada con un tiempo de 1:56:34, con una ventaja de nueve segundos sobre los polacos y de 36 sobre los húngaros. La pareja formada por José Sánchez y Óscar Graña, del Tudense, cruzaba la línea de llegada en la quinta plaza, con un tiempo de 2:00:30.

Partían con el objetivo de intentar superar la plata conseguida en China y estuvieron muy cerca de conseguirlo en un sprint de infarto con las húngaras Emese Kohalmi y Eszter Rendessy, pero no pudo ser. La grovense Tania Álvarez y la tudense Tania Fernández regresan de Pitesti con una plata colgada al cuello tras completar el recorrido con un tiempo de 1:55:12, cinco segundos más que las vencedoras. Desde el primer momento, la embarcación de las dos gallegas se situó en el grupo de cabeza que, muy pronto, realizó una rápida selección. En esa selección se quedaron la embarcación española, la húngara y la pareja sudafricana que formaban Jenna Ward y Saskia Hockly. Las tres no se separarían durante siete vueltas, turnándose en la cabeza para alejarse de posibles rivales incómodas.

Las hostilidades no se desataron hasta poco antes del último porteo, con intentos de las tres embarcaciones de destacarse al frente de la carrera. Las sudafricanas aguantaron hasta la última ciaboga, pero Fernández y Álvarez no se rindieron y apretaron a las húngaras hasta los últimos metros, aunque ese esfuerzo no fue suficiente para obtener el oro, cediendo cinco segundos en la línea de llegada. Las dos suman su tercera medalla consecutiva, con el bronce alcanzado en Portugal en 2018 y la plata lograda en China en 2019, antes de la pandemia. La otra pareja española, la formada por Irati Osa y Arantza Toledo finalizó en la séptima plaza, con un tiempo de 1:59:18.

En la prueba masculina de K2 senior Miguel Fernández y Julián Becerro lograban un meritorio quinto puesto. La pareja española no pudo llegar con opciones al sprint final de una regata que ganaban los franceses Quentin Urban y Jeremy Cand, segundos serían los húngaros Adrian Boros y Tamas Erdelyi, mientras que la tercera posición sería para la otra embarcación francesa de Cyrille Carre y Stephane Boulanger.

En la prueba de K-2 junior, tampoco aocmpañó la suerte, ya que la pareja formada por Naydov y Perede finalizaba en la 16ª plaza, justo por delante de la otra embarcación española, la que formaban Amostegui y Miranda. Los vencedores fueron los húngaros Csanad Selleyei y Bruno Kolozsvar.

Iván Alonso y Jaime Duro completan las medallas gallegas

Además de las dos medallas conseguidas ayer, la expedición gallega a Pitesti ya había sumado otras tres en las jornadas anteriores. Dos de esas medallas, una de plata y otra de bronce fueron para el palista del Kayak Tudense Iván Alonso. El vigués obtuvo el bronce en la Short Race el pasado jueves en una carrera en la que fue de menos a más, remontando desde la séptima posición hasta un bronce que fue la antesala de lo que conseguiría el sábado. Esa jornada, el tudense siempre estuvo colocado en los puestos de cabeza y tan solo el danés Mads Petersen fue capaz de superarlo por 24 segundos. La tercera medalla fue de plata para el canoísta del Ciudad de Pontevedra Jaime Duro. El pontevedrés participó en la carrera de la categoría sub-23 en una bonita lucha con el húngaro Daniel Laczo. Sin obtener medalla, también completaron una buena actuación la canoísta juvenil Rosalía García (As Torres) que finalizó en la sexta plaza, el K-2 de Mourelos (Breogán) y Leira ( Betanzos), que fueron quintas en la categoría juvenil o el canoísta de As Torres Fernando Busto, que finalizó en la séptima plaza, la misma que el C-2 de Castiñeiras y Gutier (Pontecesures).

“Ha salido como planeamos”

El triunfo permitía a Campos resarcirse de lo ocurrido en el día anterior, cuando se quedaba sin opciones de alcanzar el podio en el C-1. La medalla de los dos integrantes del Breogán es el primer oro español en este Mundial de Maratón, una medalla que “se ha hecho esperar un poco, pero al final se ha conseguido”, explicaba Campos al término de la regata. El propio Campos reconocía ayer que la regata “ha salido como la planeamos, sabíamos que polacos y húngaros estaban muy fuertes y que podía convertirse en una regata entre tres, y así ha sido al final”. Esta medalla amplía el extenso currículo de Campos en el Maratón, al que no se le pudo sumar otra en C-1. Campos reconoce que “no tuve un buen día, tendremos que analizarlo, pero creemos que pudimos fallar en la alimentación. En las dos primeras vueltas me encontré muy fuerte, pero todo cambió en la cuarta y las sensaciones fueron muy negativas, todo lo contrario que en el día de hoy”.