Liga autonómica cadete de fútbol sala. Sobremesa dominical. El Pecheches visita al Bueu. En la comprobación de las fichas los árbitros señalan que una jugadora del Pecheches, que es la única chica del equipo y de hecho la única en toda la zona sur –otra milita en el Guitiriz, en la zona norte–, debe acreditar que sus gafas están homologadas para la práctica deportiva. Los responsables del club aseguran que es la primera vez que se les reclama tal requisito en los cinco años que la jugadora lleva en sus filas. Sus gafas parecen apropiadas en material y diseño. Los árbitros se ciñen al reglamento. La jugadora, ante la tesitura de jugar sin gafas, no saltará a la cancha.

“Es cierto que existe un artículo en el reglamento que indica que los deportistas podrán usar gafas homologadas presentando un certificado que lo acredite. Pero en 10 años de historia del club, teniendo en nuestras filas niños y niñas con gafas graduadas y deportivas, jamás se les ha pedido ningún tipo de acreditación y tampoco lo hemos visto en ningún encuentro. Y eso que competimos en Nacional, Autonómica y Local”, señala la vicepresidenta del Pecheches, Sandra Miguéns. “Nuestro entrenador le pidió al colegiado que reflejara en el acta que la jugadora no pudo jugar por no llevar el documento acreditativo, pero se lavó las manos y se negó a que constara en dicha acta”.

“No hace falta ser un experto en oftalmología u óptica para comprobar que estamos ante unas lentes deportivas y homologadas”, sostiene Miguéns, que menciona otros ejemplos propios y ajenos de jugadores que han podido actuar sin que se les demandase ningún certificado. “Comprobamos una temporada más que el arbitraje en Galicia no está unificado y que cada delegación tiene sus propias normas. Lo triste es que nuestra jugadora viajó ayer a Bueu y se tuvo que quedar en el banquillo sin poder disputar un minuto del partido y eso ya no lo podrá solucionar ni la Federación Gallega ni ningún papel”.

El vicepresidente federativo responsable de fútbol sala, Pablo Prieto, reconoce que es “una pena” lo sucedido con la jugadora del Pecheches pero a la vez confirma que los árbitros actuaron “de manera consecuente” con el reglamento. En el artículo 11.4 se especifica que “los deportistas podrán utilizar equipamiento protector y gafas homologadas para la práctica deportiva presentando al árbitro del encuentro su correspondiente certificación siempre y cuando cumplan las directrices marcadas por las reglas de juego”. Esta disposición se complementa con las limitaciones a accesorios potencialmente peligrosos, como podrían ser unas gafas convencionales de cristal.

“Recibimos la comunicación del Pecheches a las 18.47, una vez finalizado el partido”, constata Prieto, que entiende que el problema se podría haber solventado si hubiesen contactado antes. El vicepresidente acepta que los dirigentes de los clubes pueden no leerse el reglamento o asustarse por la mención de certificados. En realidad, las gafas se consideran homolagadas mediante la factura o el folleto de sus características técnicas.

La Federación Gallega le remitió ayer por la mañana al Pecheches la argumentación reglamentaria de lo sucedido y también la autorización para las gafas de la niña tras comprobar su idoneidad. Además colgarán una circular explicativa en su web oficial para evitar que se pueda repetir el caso.