Miguel Guerrero, Carolo sobre la bici y en la vida, salta por el aire y ha dado un salto en su carrera. El rider vigués, especializado en la modalidad conocida como dirt jump, ha conquistado en Alemania su primera prueba del Circuito Mundial FMB. Un logro que apuntala su confianza, incrementa su deseo de ser profesional y le proporciona una inyección financiera necesaria. Porque Carolo, en la persecución de sus ambiciones, va mordisqueando sus ahorros y se mueve a salto de mata.

El sexto puesto en O Marisquiño, en 2019, había sido hasta ahora su mejor clasificación a sus 23 años. A Carolo le duele que la prueba de su ciudad no se pudiese disputar en 2020 y no incluyese su modalidad en el programa de 2021. Por el sentimiento y la proximidad, que le permite limitar gastos. Carolo trabaja para pagarse los viajes a las competiciones. También el material, aunque ahora dispone de patrocinadores: la tienda 4 Elementos, además de Marín Bikes y Etnies.

En España apenas existen medie docena de pruebas y la pandemia ha limitado aún más el calendario. Es necesario salir al extranjero. El Circuito Mundial FMB incluye 29 citas clasificadas como bronce, plata, oro y diamante, en función de los requisitos de escalafón que se exigen. Carolo acudió al Red Bull Roof Ride en Katowice, de categoría oro. Una caída limitó sus opciones y quedó finalmente decimocuarto. En la Zürich Dirt Contest fue noveno.

Carolo, en el podio de Lützelbach.

Carolo, en el podio de Lützelbach.

El olívico, vigésimo segundo en el ranking mundial, podría acudir solo a las pruebas de oro –las diamante, apenas cuatro, están reservadas a los diez mejores–. Pero no desprecia las de inferior categoría. Sus necesidades, en competencia con riders de dedicación exclusiva, le invitan a mostrarse en los escenarios que estén disponibles: “Voy a pruebas silver y a más eventos para lograr buenos resultados. Necesitas que las marcas vean que tienes constancia, que tienes nivel y que puedes estar entre los mejores”.

Esa es la presión que afronta en el 4 Bikes Festival, en la localidad germana de Lützelbach. Carolo compite con suecos, polacos o eslovacos además de alemanes. Sabe que necesita ser consistente. La brillantez se le da por supuesta al inventor del 720 Triple Barspin, un doble giro completo de la bicicleta con triple giro del manillar que el vigués fue el primero en realizar en el Happy Ride Weekend de Barcelona, en octubre de 2020. “Haces ese truco para que sea el mejor, pero no en una competición por rondas”, advierte.

En Lützelbach necesita regularidad y compaginar bien sus decisiones con sus sensaciones; cómo son las rampas, qué altura alcanza, qué necesidades tiene en función de los rivales. “En los días de entreno del evento voy mirando lo que me veo capaz de hacer. Puede surgir algún imprevisto, como que caes un poco antes y tienes que hacer otra cosa para llegar bien al salto”, explica. “Al principio los saltos parecían difíciles para el truco. A medida que fue pasando el fin de semana pude hacer lo que quería y me salió todo bien”.

Con todo alineado, Carolo ofrece su mejor versión. A la conclusión de los doce saltos los jueces tienen claro su veredicto: victoria en un 4 Bikes Festival de 5.000 euros de premio, que le permiten amortizar desembolsos anteriores, y 300 puntos para la clasificación mundial. Y una inyección de moral para esas largas jornadas en el Churraspark de Matamá, ensayando nuevas piruetas pese al cansancio de la jornada laboral mientras sueña, quizá, con no tener que aterrizar jamás.