El Coruxo sigue sin carburar. Ayer, los jugadores entrenados por Gonza, cosecharon la segunda derrota de la temporada ante un Unión Adarve que supo aprovechar los errores de los vigueses para ponerse con dos goles de ventaja y administrar, no sin cierta dosis de agobio, los minutos de presión de los jugadores del Coruxo.

Los primeros minutos de partido dejaron más o menos claro el guion del encuentro. Al conjunto verde le costaba demasiado salir con el balón controlado, posiblemente debido a la presión de los madrileños. Esta circunstancia provocaba que los jugadores del Coruxo perdieran el esférico con demasiada facilidad, provocando cierto nerviosismo en la retaguardia, que permitía alguna que otra acción clara del Unión Adarve.

La situación, por fortuna, se fue reconduciendo a medida que pasaban los minutos. Sin embargo, no se esfumaba esa sensación de que a poco que hiciera el rival, el cuadro vigués lo podía pasar mal. El Coruxo tenía muchos problemas para llegar a las inmediaciones de la meta defendida por Parra, que en cierto modo fue un espectador durante los primeros cuarenta y cinco minutos de partido.

Todo apuntaba a una primera parte sin goles, pero a siete minutos para el final Nouman se deshace de su marcador en la banda, y conecta un potente disparo ante el que nada pudo hacer Alberto. Un gol que supuso un auténtico jarro de agua fría para los vigueses, que confiaban en arreglar el entuerto tras el paso por el vestuario.

No mejoró el Coruxo tras el descanso. Es más, se complicó todavía más tras una pérdida en la salida del balón, que de nuevo Nouman aprovechó para ampliar la ventaja para los madrileños.

Gonza no tardó en mover el banquillo, cambiando el sistema de juego. Colocó en los laterales a Aitor Aspas y a Antón, dos jugadores con recorrido por banda. Arriba apostó por colocar de nuevo como atacantes a Borja Domingo y a Diego Silva. Sin embargo, lo mejor del Coruxo en la tarde de ayer estuvo en la banda, y se llamó Chiqui. El extremeño ya hizo en la primera parte una jugada en la que se llevó a cuatro jugadores, disparando con fuerza Borja Domingo. En la segunda parte, de nuevo se fue por banda y esta vez fue él mismo quien disparó, recortando la diferencia en el marcador.

En los minutos finales, el Coruxo lo intentó más con el corazón que con la cabeza, pero el Unión Adarve estuvo muy bien defensivamente, evitando que llegara el tanto de la igualada.