La viguesa Susana Rodríguez Gacio aterrizó en la tarde de este miércoles en el aeropuerto de Peinador procedente de Tokio con su flamante medalla de oro. Los focos y flashes de las cámaras fueron lo primero que se encontró la campeona paralímpica de triatlón cuando pisó suelo vigués.
Sus emocionados padres la esperaban en la zona de llegadas del aeródromo olívico, y la recibieron con besos y abrazos, mientras ella obsequiaba a su madre con el pequeño ramo de flores que le dan a los medallistas en cada entrega de preseas, en el caso de la viguesa, cuando estaba subida a lo más alto del podio. Llegó con el oro al cuello, acompañada de su guía en 1.500 metros, Celso Comesaña, que traía bajo el brazo el diploma olímpico que consiguió con su 'cómplice' de categoría, tras finalizar en quinta posición en la final de los 1.500 metros, clase T11 de discapacitados visuales.
Ese íntimo recibimiento, con los medios de comunicación como testigos, fue la antesala de lo que le esperaba a la salida del aeródromo. Familiares, amigos, compañeros y seguidores de la campeona empezaron a aplaudirle en cuanto las puertas automáticas se abrieron e hizo acto de presencia, del brazo de Comesaña. Le esperaban flores -unos ramos algo más floridos que el recibido en el podio-, besos, abrazos y mucha emoción por parte de las decenas de personas que se congregaron en Peinador para recibir y felicitar a la campeona viguesa que vuelve de los Juegos Paralímpicos 2020 de la capital japonesa con un podio de oro y un diploma olímpico. Nada menos.
