Susana Rodríguez ya tiene el oro que le faltaba a ese impresionante palmarés. Después de reinar en el triatlón paralímpico a nivel mundial con enorme autoridad durante los últimos años, la viguesa sumó ayer bajo el sofocante calor de Tokio el soñado triunfo en los Juegos Paralímpicos, ese por el cual exprime los días para compaginar su trabajo como médico en Santiago con su faceta de deportista de élite. El oro llegó tras un recital que le llevó a dominar la prueba desde el primer segmento. Y a partir de ahí, desde que salió del agua, fue aumentando la ventaja con sus perseguidoras hasta el tramo de carrera a pie en el que las arrasó por completo.

La triatleta viguesa (que en Japón también competirá en los 1.500 metros del atletismo, cuya serie eliminatoria disputa hoy mismo) finalizó la prueba con un trono de 1:07:15, con casi cuatro minutos de ventaja sobre la italiana Anna Barbaro, medalla de plata, y cuatro minutos y medio mejor que la francesa Annouck Curzillat que completó el podio. La carrera fue un absoluto festival de la triatleta viguesa que comenzó gobernando la prueba en la natación y en el tramo de bicicleta mantuvo una ventaja próxima al minuto sobre sus perseguidoras. Midiendo esfuerzos y diferencias. Pero en cuanto se puso las zapatillas para correr ya no hubo carrera. Desde el comienzo ella y su guía, Sara Loehr, impusieron un ritmo que era inaccesible para el resto de deportistas que solo pudieron seguirla a distancia. Cada tramo su diferencia era más grande hasta alcanzar esos cuatro minutos que le dieron el oro.

Las deportistas, en el podio tras recibir la medalla. // EFE

Este triunfo supone la culminación al brillante trabajo que Susana ha realizado desde que hace diez años aproximadamente decidió poner el atletismo en un segundo plano y centrarse en el triatlón. Hace cinco años, en Río de Janeiro, fue quinta en la final paralímpica. Desde ese momento preparó a conciencia la cita de Japón convencida de que era el momento de encaramarse a lo alto de unos Juegos Paralímpicos. Avisó en los últimos Mundiales disputados de la especialidad con dos oros y un segundo puesto en tres ediciones consecutivas y a lo largo de un complicado 2021, en el que la viguesa alternó el entrenamiento con el duro trabajo como médico en mitad de una pandemia, ajustó la preparación de forma minuciosa. Y los resultados se han visto en Japón donde hizo posiblemente una de las mejores carreras de su vida para proclamarse campeona paralímpica. La medalla conseguida por Susana es la primera de la delegación gallega en los Juegos Paralímpicos, donde hay importantes esperanzas de lograr un resultado histórico.

Rodríguez explica a la conclusión de la carrera que aún estaba “en shock” después del esfuerzo: “Es una alegría enorme, el sueño de mi vida, pero también es muy fuerte la presión que sientes, sobre todo en los últimos días”, explicó después de acabar la carrera.

La viguesa iniciará hoy su participación en el estadio de atletismo en la prueba de la eliminatoria de los 1.500 metros. Lo hará con las piernas cansadas, pero llena de orgullo de felicidad. Culpa de la medalla de oro que luce en su cuello con todo merecimiento.

La jornada dejó otra gran noticia porque el tudense Gustavo Rodríguez logró la medalla de plata como guía del valenciano Héctor Catalá que, como Susana Rodríguez, competía en la clase PTVI para gente con discapacidad visual.