Hay función o película de suspense, según se prefiera, y los actores principales del Movistar en la Vuelta son dos; un mallorquín y un colombiano, que podrían ser tres si Alejandro Valverde no tiene la desgracia de caer y abandonar en la sierra alicantina. Son Enric Mas y Miguel Ángel López, al que todos llaman Superman.

Son los ciclistas que ayer, sin permiso para bañarse en el mar, porque en su caso no tocaba, buscaron la compañía de la playa para entrenar por las carreteras que bordean el Mediterráneo, en una ruta hacia el cabo de Gata que casi estaba más transitada por ciclistas de la Vuelta, en el día de descanso, que por centenares de turistas. Hacía mucho viento, el sol andabaescondido. Y, ver para creer, hasta caía una gota; sí, de agua, desde el cielo con una temperatura que no bajaba de los 30 grados.

Y eran un mallorquín de Artà, del norte de la isla, de 26 años, y un colombiano de Pesca, Boyacá, con un año más; ambos, amigos y residentes en Andorra.

Son los nuevos administradores de la pareja que siempre ha gustado llevar al Movistar, en sus anteriores denominaciones desde que fue creado en 1980 como Reynolds, salvo la excepción de los años de dominio pleno, primero de Pedro Delgado y después de Miguel Induráin. Pero ellos dos también pasaron por el proceso de parejas: Arroyo-Delgado, Delgado-Induráin, Olano-Chava Jiménez (que acabó como el rosario de la Aurora), Pereiro-Valverde, Valverde-Nairo y Nairo-Landa, antes de la llegada de Enric Mas.

Y es Superman el máximo encargado de proteger y marcar a Mas el camino a seguir, aunque ante los periodistas colombianos trate siempre de no quitar la ilusión de quienes quieren verlo en lo más alto, en feroz pelea con Egan Bernal, que sigue pisándoles los tacones aunque haya dado muestras de flaqueza en la montaña.

Superman fue el que en Velefique se convirtió en el ángel de la guarda de Mas; el que contrarrestó la ofensiva de los Ineos, capturando a Adam Yates, el que abrió el ataque de Mas y el que luego se contuvo a pocos metros de su compañero mallorquín, solo hacia la cima; eso sí, acompañado por Roglic. Y esa es la piedra en el zapato del Movistar, al que hay que desnudarlo de rojo, al que hay que esperar, sobre todo en la tercera semana, que tenga un día malo, y al que no solo Mas debe restarle 28 segundos, sino como mínimo otro minuto y medio porque el corredor esloveno tiene un colchón de 33,8 kilómetros en la contrarreloj final de Santiago, como si para él fuera una de las famosas tartas de capital gallega, envuelta en el oro olímpico que conquistó en Tokio como el mejor de la especialidad.

“A Roglic se le puede derrotar, pero no voy a contar la táctica del equipo. Pero yo voy a por el maillot rojo porque salgo a ganar esta Vuelta”, palabra de Mas, en el día de descanso.

“Si Enric y yo corremos unidos y trabajamos como equipo tenemos muchas opciones de ganar esta Vuelta”, reflexión de Superman, antes de salir a entrenar con el resto de compañeros.

Son el segundo y el tercero de la general. Son la esencia de ese Movistar, los herederos del conjunto de Perico e Induráin y los hijos de Valverde. « Sé que tengo que distanciar a Primoz antes de la contrarreloj, porque la etapa final lo beneficia como campeón olímpico. Pero en esta Vuelta tengo mucha confianza porque acabé el Tour cansado pero no muerto, pude descansar después y llegar aquí en muy buena forma», descubre Mas. «Sé que he de buscar el punto débil de los rivales y ver así si la táctica nos sale bien. Pero también sé que teniendo a Enric por delante nunca puedo ir a por él si no trabajar en equipo», añade Superman.

“Estoy en una situación muy buena. Sé que, aunque ahora lleguen etapas para fugas, en esta Vuelta siempre hay que estar atento porque cada día es importante. Tengo que jugar mis cartas y confiar, aunque es difícil, que Roglic pueda tener una etapa mala, porque cuando luchas por la general siempre tienes un momento malo”, advierte Mas. “En Velefique salí a controlar la situación para estar presente en todos los ataques. Si no voy a por Yates, Roglic nos deja el trabajo a nosotros”. Hoy vuelve la competición