El primero en ser fichado (se le contrató en enero de 2019) fue el último en ser presentado. Emerson Aparecido Leite de Souza Júnior (E. Royal en la camiseta) es el cuarto refuerzo del Barça. Aunque fuera contratado en enero de 2019. No llegó a firmar el contrato al lado de Josep Maria Bartomeu, a quien ni siquiera conoció, ni tampoco se puso a las órdenes de Ernesto Valverde. Dos años más tarde, Emerson se pasaba el balón con Joan Laporta sobre el césped del Camp Nou y el jueves, cuando vuelva el equipo de Austria, estrechará la mano de Ronald Koeman.

Emerson se juntó con Sergio Kun Agüero y su compatriota Philippe Coutinho en Sant Joan Despí para entrenar, y solo faltará por incorporarse Lionel Messi. El permiso vacacional expiraba ayer, igual que los de Agüero y Emerson, finalistas todos de la Copa América, pero el 10 de Argentina es hoy un futbolista sin contrato a la espera de ser refichado por el Barça. Su anunciada continuidad merecerá un acto institucional mucho más sonado que el de Emerson, cálido solo por el amplio acompañamiento familiar que le escoltó.

Acorde, sin embargo, con la larga espera de los dos años y medio transcurridos desde su primer contrato que incluía la cesión al Betis. La sombra de Messi planeó sobre el césped del Camp Nou, donde se ofició la presentación. A 12 días del debut oficial, a Laporta no le quedó otro remedio que volver a repetir que la renovación del capitán “progresa bien”. Solo añadió que espera “más flexibilidad” de LaLiga para cumplir el fair play financiero.

Lo que no progresa nada bien es la de Ilaix Moriba, a quien le falta un año de contrato y no quiere renovar. “Me sabe muy mal, pero el club está por encima de todo. No nos pueden hacer este tipo de pulso”, aseguró, anunciando que seguirá en el filial y sin jugar si no acepta la oferta.

“No podemos promocionar a un jugador en su último año y que luego se vaya sin que el Barça saque ningún provecho, el club no lo puede tolerar”, manifestó Laporta, mucho más risueño al referirse a Emerson, espectador de excepción de las inquietudes del club.

El defensa brasileño, cuya cláusula es de 300 millones, se define como un futbolista “con mucha fuerza” y “mucho recorrido por la banda” y presumió de que “tiene técnica”, seguramente la virtud más necesaria, habida cuenta de que los ataques por el flanco derecho dejaron de ser preponderantes desde la despedida de Dani Alves en 2016. “Le tengo como un ídolo, es el futbolista del mundo que ha ganado más títulos”, precisó Emerson, vestido con traje y pajarita. “Trabajo no va a faltar”, garantizó el jugador, de 22 años y nacido en Sao Paulo, que prometió dar lo mejor de sí mismo.

Laporta volvía a fichar un lateral derecho brasileño y verbalizó una asociación de ideas recordando las dos Champions que celebró como presidente (2006 y 2009): “Cada vez que tuvimos un lateral polivalente y fuerte como Belletti y Alves, siempre nos fue bien” Emerson tiene un reto para los tres años del contrato.