El proyecto del Celta de contar con un segundo dependiente que juegue en Tercera División y sirva de puente para los jugadores que una vez finalizado el ciclo juvenil no encuentren cabida en el filial cobra forma. La entidad que preside Carlos Mouriño ha alcanzado un acuerdo con el Gran Peña para ejerza esta función a partir de la próxima temporada bajo el nombre Celta C Gran Peña.

El convenio, que tendrá una duración de tres años pero es ampliable, está pendiente apenas de ser ratificado por la asamblea extraordinaria de socios que el Gran Peña celebrará el próximo día 9 de julio en la Asociación de Vecinos de Lavadores. El Gran Peña cedería el nombre y la posibilidad de competir en Tercera División y el Celta pondría las instalaciones, aportaría los técnicos y correría con los gastos de la competición. Los partidos se jugarían en Barreiro.

Waldo Otero, presidente del Gran Peña, confirmó ayer que el convenio con el Celta está firmado, únicamente a la espera de ser aprobado por la asamblea, que será la tenga última palabra. Waldo se mostró no obstante optimista en que el convenio sea aprobado debido a la importancia que tiene para la viabilidad del club de Lavadores. “Sin la colaboración del Celta la supervivencia del Gran Peña estaría en peligro pues difícilmente vamos a poder asumir los gastos que conlleva jugar en Tercera División. De este modo eliminamos gastos muy importantes y a la vez podemos dar un impulso conjunto a nuestro club y a la cantera del Celta, que podrá dar la alternativa en Tercera División a los jugadores juveniles que no tengan cabida en su filial”, explica el dirigente grampeñista.

De ratificarse, como se espera, el convenio, el Gran Peña volvería a convertirse en el filial celeste, papel que ya ejerció brevemente durante la década de los ochenta, aportando diversos jugadores al primer equipo.

Se da la curiosa circunstancia de que Waldo Otero fue el primer futbolista del Gran Peña que alcanzó el primer equipo del Celta en los tiempos en que el club de Lavadores era el filial céltico.