"A seguir entrenando así de bien, pero nada de batirme más récords". Las palabras de Ramón Magariños Duro (A Estrada, 1948) resuenan en las calles vacías del tartán de Balaídos como voz autorizada que es en el Celta Atletismo. Sus 13 títulos nacionales en 100, 200 y 400 así como 35 internacionalidades con la selección española, llegando a participar en algunos encuentros en cinco pruebas, afianzan la amenaza.

Delante de él escuchan con respeto los otros dos hombres más rápidos en los casi cien años de historia del club. Javier García "Chichu" Fernández (A Coruña, 1997) y Pedro Juncal Otero (Vigo, 1997) han batido en el último mes las plusmarcas de 100 y 200. 10'54 para el coruñés -que vive su primera temporada como céltico- el pasado sábado en Salamanca y 21'56 para el vigués el domingo anterior en una Serie Municipal.

Magariños, que a sus 73 años mantiene el contacto con el atletismo a nivel social, no ha dejado de seguir a todos los talentos que han ido apareciendo en la comunidad en los últimos años. A Juncal lo conoce desde que comenzó a especializarse de juvenil en 400, aunque cree que aún debe pulir un poco más su resistencia antes de lograr aprovechar todo su potencial.

Es precisamente en la vuelta al anillo donde el estradense sigue siendo el rey. Sus 46'92 en México 1968 son una marca inalcanzable medio siglo después. Precisamente el pupilo de Francisco Rodríguez es quien más cerca se ha quedado recientemente, con los 47'77 que le valieron el octavo puesto en el Nacional Absoluto del año pasado.

Pero aunque espera rebajar esa marca unas décimas en lo que resta de temporada, correr por debajo de los 47 segundos siguen siendo palabras mayores al compaginar el deporte con los estudios y el trabajo. Por su parte, el atleta de José Carlos Tuñas tiene ante sí el reto de vencer al hombre y a la máquina, batiendo también los 10'4 manuales que Magariños y Rogelio Rivas ostentan en la prueba reina de la velocidad.

La espina clavada en Leverkusen

Aunque en 1972 el mundo mirara hacia Múnich y sus Juegos Olímpicos, a 500 kilómetros al norte se encontraba la verdadera meca del atletismo. En Leverkusen, con los directivos de la farmacéutica Bayer haciendo de jueces de salidas, se forjó uno de los grandes grupos de velocidad de la época. Allí estuvo dos meses Magariños, quien incluso recibió ofertas para continuar su preparación del siguiente ciclo olímpico allí..

Ramón Magariños, durante una prueba nocturna de atletismo en el Trofeo Canguro

"La única vez en tu vida que entrenaste de verdad", le recuerda con sorna Virgilio González Barbeito, compañero de selección durante los años 60 y gran gurú de la velocidad y mediofondo en las pistas de Balaídos. Y es que mucho ha cambiado el cuento desde entonces, especialmente en la medicina deportiva. Una lesión en el aductor que no llegaría a curar -a día de hoy aún muestra la cicatriz que le dejó- impidió que continuara con su carrera, dejándola a los 25 años en su mejor momento.

Entonces Magariños recuperó el tiempo perdido en los estudios y al superar la treintena ya era director de banco en Logroño. Curiosamente, Javier y Pedro han encontrado al final de su etapa universitaria la estabilidad y experiencia necesarias para explotar definitivamente en el tartán. El herculino prepara sus oposiciones a maestro, mientras que el "veterano" céltico trabaja para una importante empresa de ingeniería industrial viguesa.

Un superviviente del tartán

Con ellos entrena y prepara la ansiada final del ascenso Miguel Gómez Rodríguez. El hasta hace dos semanas récordman del club en 200 metros reconoce que "poco iban a durar" dado el nivel de los fichajes, ya que el santiagués Víctor Mosteiro (2001) también rozó sus 21'66 en la misma serie que Juncal. Y es que a sus 39 años, el vigués es toda una rara avis en el sector.

Miguel Gómez, Pedro Juncal y Víctor Mosteiro, los tres hombres más rápidos de la historia del Celta en el 200m Víctor Currás

Este profesor de Ingeniería Mecánica en la Escuela Naval de Marín ha visto pasar a muchos velocistas con la elástica celeste desde su debut en 1998. "Durante mucho tiempo se apostó por gente de fuera aunque duraban poco" señala. No obstante es el segundo atleta con más horas de vuelo en el equipo masculino, solamente por detrás del capitán e incombustible Fernando Paredes.

Gómez coincide en el diagnóstico sobre las marcas del que fuera olímpico en México 68. "Era todo calidad", relata, ya que "veías sus entrenamientos y comparado a lo de hoy en día te dan la risa". El trabajo de pesas, crucial en los musculados cuerpos de los velocistas, era sustituido por rodajes largos o incluso ir a pescar. A ello habría que añadir las nuevas pistas de tartán en vez de ceniza, la alimentación o las zapatillas.

Magariños, a sus 73 años, junto a los nuevos velocistas del Celta Atletismo Víctor Currás

Objetivo: regresar al nacional absoluto en los relevos

Este año los relevistas célticos ya han conseguido los mejores cronos de la última década para el club a pesar de que en Galicia la Xunta aún no autoriza la celebración de estas pruebas. Sin embargo, a corto plazo hay un objetivo aún mayor: regresar, varios lustros después, al Campeonato de España Absoluto de Relevos al que solo acceden los ocho mejores por ránking.

En el 4x100 supondría batir el récord del club de 41'46 del año 2006, en el que ya corría Miguel Gómez. Aquel cuarteto con David Tapia, Juan Luis Fernández y David Rodriguez es el uno de los objetivos a batir este sábado en La Nucía, donde además buscarán el regreso a División de Honor seis años después. Los 41'90 registrados hasta la fecha son fácilmente mejorables según apunta el técnico Alberto Salgado, pero el corte se sitúa ahora mismo en 41'32.

Más inalcanzable parece la plusmarca del relevo largo lograda en el Olímpico de Montjuic en 1991. Los 3'14:06 de Jorge Castro, Felipe Murga, Ricardo Rodríguez y el galardonado sargento de la Policía Local Javier Pitillas siguen siendo, 30 años después, el récord gallego absoluto en el 4x400. Tendrían que mejorar en unos tres segundos los 3:19:97 de la segunda jornada liguera para acceder a los puestos de honor.