“Es histórico”, celebra el presidente del Club Balonmano Porriño, Abel Estévez. El equipo juvenil femenino de la entidad ha quedado tercero en el Campeonato de España. Los cadetes masculinos y femeninos se han clasificado también para la fase final; por tanto, ya entre los ocho mejores. Los chicos pelearán además por el título en casa. Hazañas que completan una notable campaña del Conservas Orbe Rubensa en División de Honor. A Estévez le va la penitencia en las alegrías. Tiene que solucionar el desfase de 45.000 euros que los éxitos de sus canteranos han generado en el presupuesto. Un quebradero de cabeza que afronta con gusto.

Ana Alonso, Gerardo Carrera y Laura Barros han sido los responsables de conducir a las juveniles al tercer cajón del podio. Xosé Canedo, María Pexegueiro y Dani Benaches quieren emularlos con el cadete masculino; Rubén Fernández y el propio Abel Estévez, con el femenino. “Habíamos estado en fases finales de cadetes y juveniles, pero nunca más de un equipo”, menciona el presidente, que resalta el logro de los chicos cadetes. “Somos un club de más tradición femenina. Hace veinte años habíamos estado en un campeonato júnior masculino. Esta misma generación lo había logrado en infantiles. Llegar a la fase final en cadetes es algo que no había pasado nunca”.

Estévez razona las claves de esta proliferación: “Estamos captando gente de toda Galicia. Ven que estamos trabajando bien y se suman a nuestro proyecto. Eso hace que haya mejor materia prima. A nivel masculino la llegada de Dani Benaches a la coordinación ha sido determinante y en femenino ya tenemos más trayectoria. Pero contar con Isma (Martínez, entrenador del primer equipo) coordinando el femenino es también una ventaja”.

El Conservas Orbe Rubensa se nutre en División de Honor de esa siembra, a la que luego suma refuerzos. Las louriñesas han firmado esta temporada una permanencia holgada. “El proyecto femenino está muy consolidado. El año que viene es peligroso, hay otra vez reducción de equipos, de catorce a doce”, advierte Estévez. “Tenemos que estar alerta. Pero el equipo que se está haciendo es para intentar meternos entre los ocho primeros. Este año quedamos novenos. Nos quedó la espina de no clasificarnos para la fase final de la Copa de la Reina. Pero creemos que todo está bien encauzado”.

Para redondear este momento, será en Porriño donde se dirima el título cadete masculino del 16 al 20 de junio. Aunque también hubo candidatura al cadete femenino, este torneo se disputará en Elche. “Estos éxitos deportivos conllevan un gasto considerable. Habernos metido en tres fases finales supone un gasto de 45.000 euros”, cuantifica Estévez. “Sí teníamos presupuestado lo del equipo juvenil femenino. No esperábamos llegar tan lejos con los dos cadetes”.

“Ha sido una temporada realmente complicada. Hemos contado con la colaboración del Concello. Ya firmamos el convenio y nos ha pagado el ochenta por ciento de la subvención. Siempre se han portado muy bien con nosotros. La Diputación también colabora con el club con una subvención por estar en División de Honor. El apoyo institucional lo tenemos”, agradece el dirigente. “Estamos intentando buscar alguna ayuda más porque la temporada del COVID hace que las arcas no estén boyantes. Intentaremos buscar apoyo entre las empresas privadas. Es una gran inversión a nivel de imagen. Llevaremos el nombre de Porriño por toda España”.

El mandatario no descarta pelear por el oro. “En estas categorías las cosas siempre están muy igualadas. Todos los equipos que estamos ahí tenemos nuestras opciones”. Pero no le obsesiona: “Me hace ilusión sobre todo que visiten Porriño equipos históricos como Barcelona o Bidasoa. Eso hace ver que el club está creciendo. Para nuestros niños, poder enfrentarse a esos equipos es algo que recordarán siempre. Es lo que más nos atrae”.

Planes de ascenso para el sénior masculino

El C.B Porriño descolla como referencia nacional en el balonmano femenino, en el que se ha volcado con especial dedicación en época moderna. Su equipo de División de Honor culmina una estructura bien aceitada desde las raíces. En tiempos de elegir dónde aplicar las contadas energías financieras, Abel Estévez ha concedido prioridad a ese hemisferio. El presidente, sin embargo, se ha replanteado tal visión. El talento de las generaciones emergentes lo anima a buscar mayores cotas para el equipo sénior masculino. Aunque nunca al nivel de las mujeres, los hombres del Porriño sí militaron durante varias temporadas en Primera Nacional –la tercera categoría–. E incluso se pudo soñar con mayores ambiciones cuando en 2016 desembarcó Construcciones Castro, el patrocinador ambulante que había tentado el ascenso en Chapela, luego lo intentaría con el Lavadores con paso intermedio por el Octavio y hoy apoya al Cangas. La aventura no cuajó. La directiva porriñesa apostó en 2017 por gente de la casa; privados de varios jugadores principales que optaron por irse, descendieron. Desde entonces militan en Autonómica. “La idea es pelear en breve por subir”, anuncia Estévez. “De hecho estamos trabajando en el año que viene”. Será cuando sus prometedores cadetes se conviertan en juveniles y ya puedan ser alineados con la escuadra sénior. Los jóvenes inyectarán su empuje a un grupo que apunta alto tras perder esta campaña por un gol en las semifinales de ascenso. “Este año realizamos una temporada por encima de las expectativas”, valora el presidente. “Estamos contentos de cómo están trabajando los chicos. Creo que está llegando el momento de intentar volver a la categoría en la que estuvimos”.