El Rápido de Bouzas llega muy vivo a la última jornada de liga, después de saldar de forma positiva el partido que tenía pendiente con el Silva. Un encuentro que se repitió tres días después de que ambos equipos se midieran el domingo en el campo de A Grela, con victoria viguesa por 1-2. Ayer se repitió la historia, y el Rápido llega con opciones a la última jornada, a tres puntos del líder del grupo, a dos del segundo clasificado y a uno del tercero. De los cuatro equipos, solamente dos lograrán meterse en el play off de ascenso a Segunda Federación.

Para cualquier equipo, comenzar el partido ganando es una ventaja que todo el mundo quiere para si, y eso fue lo que le pasó ayer al Rápido de Bouzas, que a los cinco minutos de juego vencía por dos goles. Fueron las dos primeras llegadas de los aurinegros, en las que Álex Rey fue el más listo de la clase. A los dos minutos estuvo atento a un despeje en corto de Jesús para rematar de cabeza, y tres minutos más tarde culminaba con un buen disparo al segundo palo una internada por la banda izquierda de su ataque.

Así, y tras cinco minutos de juego, comenzaba otro partido, en donde el Rápido continuaba controlando el centro del campo, impedía que los coruñeses llegaran a su área, y buscaba un nuevo tanto que dejara todo visto para sentencia.

Bardanca, entrenador del Silva, introdujo un cambio tras el paso por el vestuario para frenar el juego ofensivo de los vigueses por la banda derecha. Sin embargo la situación no arregló nada, ya que tras el descanso, el Rápido volvió a hacerse con el control del balón en el, posiblemente, uno de los mejores partidos del cuadro vigués en esa segunda fase. El Silva tenía muchos problemas para superar el centro del campo, y cuando lo hacía era con balones largos que casi siempre llegaban con ventaja para los aurinegros, que despejaban los acercamientos del rival.

El Rápido no se conformaba con los dos goles de Álex Rey al comienzo del partido, y continuó presionando buscando el tercero. El dominio de los vigueses fue claro, y a medida que pasaban los minutos las ocasiones de gol se sucedían. David de Dios, entrenador vigués, movió el banquillo para darle refresco al centro del campo. El equipo lo agradeció, sobre todo en la faceta defensiva, y a ocho minutos para el final del encuentro llegaba el tercer tanto de los vigueses, con un potente disparo de Sabinbi desde fuera del área, que se coló entre una maraña de piernas. Aún hubo tiempo para el gol de Viti.