Nadal ya tiene la docena en Barcelona. El título más dramático y más competido de los 12 que ha jugado en su pista al imponerse por 6-4 y 6-7 (8-6) y 7-5 al griego Stefanos Tsitsipas en una espectacular y épica batalla. Una pelea de tú a tú hasta el último de los 242 puntos en juego, en una montaña rusa de 3 horas y 38 minutos. Tsitsipas ha salvado dos ‘match balls’ en el segundo set y ha tenido uno a su favor en la tercera y definitiva manga, antes de que Nadal pudiera revolcarse sobre la central que lleva su nombre como si fuera el primero.

Sin duda ha sido la final más dura que nunca ha tenido que afrontar Nadal en Barcelona desde que logró el primer título en el 2005 ante Juan Carlos Ferrero. Un triunfo para sumar el 61º título en tierra y ganar el partido 452 en una superficie en la que es el rey desde ya hace dos décadas.

“Es un momento perfecto para mi primer título. Esta victoria me puede ayudar para encarar lo que viene porque además pienso que aún sigo teniendo margen de mejora”, ha valorado. Nadal destacaba también que en el primer set había jugado peor que Tsitsipas, que cometió errores al final. Dejó escapar dos ‘break points’ para el 4-1 y acabó entregando el primer set de los últimos 17 que había jugado desde Montecarlo. Mal presagio.

En el segundo Nadal también cedió un saque de entrada (1-2), pero recuperó la situación para hacer ‘break’ (3-3) y tomar una ventaja de 5-4 con dos ‘match balls’ que Tsitsipas salvó con valentía en la red. El tenista griego logró forzar el ‘tie break’. No era el primero que disputaba ante Nadal esta temporada. En el Abierto de Australia le ganó uno (7-4) que le permitió remontar dos sets y eliminar al mallorquín de los cuartos de final (3-6, 2-6, 7-6 (4), 6-4, 7-5).

Tsitsipas también lo logró esta vez y pudo forzar el tercer set. Una batalla en la que mantuvieron la igualdad hasta el 5-4, cuando Tsitsipas pudo decantar el triunfo de su lado con un ‘match ball’. Al griego se le escapó. Nadal lo salvó con su lucha y, también, gracias a que la bola en un momento tocó la cinta, por lo que incluso pidió disculpas.

Si en la primera final de 2018 Tsitsipas encajó un contundente 6-2 y 6-1, en un partido que dijo que fue “una lección gratis” ayer aprendió una nueva. “Rafa es el tenista que más odia perder, siempre devuelve una bola más. He estado cerca, pero he aprendido que ante Nadal hay que hacer algo extra”

Tsitsipas no lo consiguió. Se vio inmerso en esa red con la que el mallorquín envuelve a sus rivales para celebrar un triunfo como si fuera el primero de su vida. “Hoy siento envidia de ti”, le admitió Tsitsipas.