“No descarto nada, pero tampoco me planteo un objetivo inmediato. Es mi primer fin de semana en las carreras después de nueve meses y tres operaciones. Ni yo sé cómo estoy y cómo me encontraré. Llevo tatuada en mi brazo la caída de Jerez, sí, pero mi último recuerdo encima de una MotoGP fue la remontada de ese mismo gran premio, donde me sentí maravillosamente bien. Ese es el recuerdo que tengo”.

Marc Márquez Alentá (Honda), de 28 años y poseedor de ocho títulos mundiales, fue ayer protagonista de la conferencia de prensa del GP de Portugal, que se corre este fin de semana en el precioso y vertiginoso circuito de Portimao. Todos los pilotos presentes, desde el campeón Joan Mir (Suzuki) al actual líder del Mundial, el francés Johann Zarco (Ducati), pasando por el local Miguel Oliveira (KTM), Maverick Viñales (Yamaha) y Fabio Quartararo (Yamaha), le hicieron un sentido homenaje y aseguraron al unísono que su presencia “es muy, muy, beneficiosa para el Mundial”. Todo lo dicho quedó resumido en la frase del Diablo: “Marc ha sido nuestra referencia durante todos estos años y es estupendo que vuelva a estar con nosotros”.

Y Márquez, sin dejar de reconocer que no lo ha pasado bien, pero sabiendo que un día u otro volvería (“solo era cuestión de tiempo”, dijeron los médicos), insistió en que “lo primero que tengo que hacer es sentirme piloto de carreras de nuevo; sé que físicamente estoy bien, pero he de mentalizarme de que no será fácil llegar al Marc que todo el mundo recuerda. No quiero correr más de la cuenta, pero me siento fuerte y esperando la primera caída, que ojalá llegue tarde. Soy de los convencidos de que de las lesiones serias se vuelve aún más fuerte”, confesó.

Es evidente que MM93 no sabe donde estará la clave de su regreso y rendimiento. Sí sabe que volver a ponerse a 350 kms/h al final de recta no será fácil, ni frenar de 300 a 60 en metros, ni rozar con el culo el asfalto... “Pero si algo he echado de menos durante estos nueve meses no han sido las victorias, que espero que regresen, sino sentirme piloto, perdón, pilotar una MotoGP y ya estoy a las puertas de hacerlo de nuevo. Eso hace sentirme muy feliz, sí”.

“Ha habido momentos en mi carrera muy especiales y este es, sin duda, uno de ellos”, siguió explicando Márquez. “¿Cómo lo sé? Por todo pero, sobre todo, porque noto esas mariposillas en el estómago que significan que algo va a pasar. Ya se lo he dicho a Takeo [Yokohama, director técnico del equipo Honda], soy incapaz de explicar qué Márquez vamos a ver. Él me ha dicho que me limite a pilotar, a tomar contacto con la moto, la pista, las sensaciones, las carreras, que ya habrá tiempo de meternos presión y, la verdad, creo que es lo más sensato que he oído. Debo adaptarme a mi nueva situación, seguir oyendo a mi cuerpo, sin pausa pero sin prisa”.