En el Pabellón de los Sueños el Acanor Novás Valinox volvió a mostrar sus credenciales y su derecho a soñar con el “asalto” a la Liga Asobal. Nuevamente con sus armas, que son buen juego, sacrificio y disciplina, logró sumar un nuevo triunfo a domicilio que le permite seguir en la zona noble de la tabla clasificatoria.

Ayer el rival era el Balonmano Alcobendas, pero lo mejor de este Novás es que poco importa el rival. Cuando el equipo de O Rosal hace las cosas bien, que es casi siempre, es tremendamente complicado superarle, porque nunca baja los brazos, nunca deja de creer en lo que hace y por eso está donde está.

El partido comenzó muy cómodo para el Novás, que casi sin esfuerzo se fue en el marcador en los primeros minutos (2-6, min. 7), pero enseguida reaccionó el preparador del Alcobendas, Samuel Trives, que solicitó tiempo muerto, y con un parcial de 6-0 su equipo le dio la vuelta al marcador (8-6, min. 18). Pero el conjunto de O Rosal nunca se descompone, ni un mal parcial le pone nervioso, así que recuperó su sitio y las sensaciones y volvió a ponerse por delante, aunque con distancias muy cortas. Así se llegó al descanso un gol arriba para los visitantes (13-14).

Tras el paso por vestuarios, el choque continuó tremendamente igualado, con intercambio continuo de goles y sin que ninguno de los dos equipos diese sensación de poder marcar diferencias. El Novás parece estar cómodo en esta situación de máximo estrés, con el choque tremendamente igualado, y no bajó el ritmo en ningún momento. Es más, imprimió un extra en los últimos diez minutos.

A partir del minuto 20, el conjunto gallego comenzó a apretar su defensa y el Alcobendas sufría para encontrar huecos y posiciones cómodas, lo que provocó una distancia de dos goles en el minuto 56 (23-25). Era la primera vez en toda la segunda mitad que uno de los dos equipos lograba una distancia de dos goles, mínima, pero decisiva en este tramo final. Tempo muerto del Alcobendas, pero en esta ocasión no funcionó. El Novás no se desconcentró y siguió en modo campeón sobre cada balón, cada movimiento, y los locales no encontraba ni una fisura en esa gran defensa. Así, a falta de dos minutos para el final, la distancia era de cuatro goles (23-27) y la defensa presionante del Alcobendas sobre toda la pista sólo logró maquillar una victoria más que merecida de los visitantes.