“Allez Alice” resuena cualquier día en Castrelos o Balaídos. Un grito de ánimo convertido en habitual para la tribu atlética de la ciudad que desde hace cinco años celebra como suyos los triunfos de Alice Finot, la francesa que se reencontró con el atletismo tras instalarse en Vigo. Ayer esos mismos que la ven entrenarse y competir con la camiseta del Celta, bajo la supervisión de Manuel Ageitos, dieron un salto de alegría cuando la vieron cruzar la meta en Torun en segunda posición en la apasionante final de los 3.000 metros. Y podría haber sido oro de no haberse quedado algo cerrada en la última vuelta.

Finot, tras finalizar la carrera. Reuters

Vigo puede sentirse parte esencial de esa plata. Finot alcanza el mejor resultado de su vida cuando está a punto de llegar a los treinta años después de reencontrarse con el atletismo, un deporte del que se había alejado por motivos profesionales. Pero la situación cambió unos meses antes de llegar a Vigo. En 2016 se instaló en la ciudad para trabajar en Porriño como ingeniera de ensayos y validaciones al Centro Tecnológico de Automoción de Galicia (CTAG). Decidida a volver al atletismo se incorporó al Celta y comenzó a entrenar con Manuel Ageitos, una ayuda que le ha permitido encontrar su mejor versión y comenzar a plantearse nuevos retos. Después de lograr una medalla en el Nacional de 2018 se planteó la situación en serio. Introdujo cambios en su horario laboral, aumentó los descansos y la recuperación; subieron las cargas de trabajo. El año pasado tenía pensado acudir al Mundial de media maratón, pero la pandemia lo suspendió y decidió entonces centrarse en buscar una plaza para los Juegos de Tokio de este año en los 3.000 obstáculos.

La temporada en pista cubierta era parte de este proceso. Hace unas semanas, gracias al teletrabajo, se instaló en Francia con sus padres de cara al Campeonato de su país y a puntualizar la preparación para Torun. Siempre con el seguimiento puntual de Ageitos. Llegaba a Polonia convencida de que el trabajo podría dar sus frutos y estar en la pelea por las medallas. Se clasificó con suficiencia el jueves y ayer corrió con la serenidad que da la experiencia. Sin exponerse, agarrando una cuerda que no soltó y resistiendo sin problemas el ritmo fuerte al que se corrió. La carrera, guiada por la israelí Bayoulg, fue cribando al grupo hasta que seis atletas se quedaron a falta de cuatrocientos metros para pelear por las medallas. Una caída redujo el grupo a cuatro. Finot se pegó a las inglesas Amy-Eloise Markovic y Verity Ockenden que se lanzaron en busca del doblete. No soltó la cuerda en la última vuelta pese a que se le veía con capacidad para atacar la medalla de oro. En la última curva el paso a la calle dos lo tenía complicado y esperó su oportunidad. Tenía el bronce en la mano, pero sus zancadas finales le permitieron llevarse por delante a Ockenden. Y a punto estuvo de conquistar el escalón más alto del podio. Le faltó tal vez una pequeña decisión cincuenta metros antes. Poco importa porque el éxito de la francesa es impresionante. Seguramente a sus oídos en Torun llegaron los gritos de alegría de la parroquia atlética de la ciudad que celebra lo que es un gran éxito del Celta. La primera medalla femenina de este club en un Europeo en Pista Cubierta.

Toimil

Belén Toimil llegó a Torun repescada por la Federación Internacional y se marcha con el récord de España absoluto; con las dos mejores marcas españolas de la historia en pista cubierta y con la clasificación para los Juegos de Tokio. Impensable hace solo una semana. En la final de lanzamiento de peso no pudo estar en la asombrosa marca de la calificación, pero el 18.01 de ayer hubiera supuesto también el récord de España de no haber hecho el día anterior el deslumbrante tiro de 18.64 que dejó a todo el mundo petrificado. En la final estuvo más o menos en el resultado que se había imaginado o al que aspiraba antes de llegar a Polonia. Su séptimo puesto es un gran resultado. Y eso es una buena noticia. La de Mugardos era una de las personas más felices ayer en el pabellón donde se celebran los campeonatos. No es para menos. De golpe se ha instalado en la élite de esta disciplina a nivel mundial. Le espera el complicado proceso de permanecer.

Toimil, antes de un lanzamiento en la final. Efe

Por otro lado los españoles Jesús Gómez e Ignacio Fontes se colgaron las medallas de plata y bronce en la final del 1.500 de los Campeonatos de Europa de Atletismo de Pista Cubierta en Torun (Polonia), mientras que el oro fue para el polaco Marcin Lewandowski, con la descalificación del noruego Jakob Ingebrigtsen que pisó por dentro de la pista tras recibir un empujón. Los noruegos han reclamado.

Gómez siguió la estela fulgurante que dejaron el noruego, quien rompió la carrera desde el inicio, y el polaco. Fontes se quedó rezagado pero peleó hasta el final con el premio sorpresa del podio. Ingebrigtsen cruzó la meta primero, por delante de Lewandowski y Gómez, pero poco después se conoció la descalificación del noruego, que tuvo varios encontronazos en los primeros metros.