“#ElBasketConDario”, se repite con profusión en Twitter. Clubes, entrenadores, directores deportivos, jugadores y periodistas especializados exigen a los administradores de la red social que reactiven la cuenta de Darío Méndez. Reclaman las sonrisas que el vigués, una institución en el baloncesto formativo, lograba provocarles incluso en los días más grises, que tanto abundan. El protagonista se sonroja. Aunque no pueda acceder a Twitter, le han comentado tal repercusión y le llegan mensajes de solidaridad por WhatsApp. “Me da muchísimo reparo aparecer por esto. Tampoco pasa nada”, asegura.

Todo comenzó en 2014. Los entrenadores del PBB Porriño decidieron crear una cuenta en Twitter “para darle más visibilidad al club, los partidos, los resultados...”, relata Darío. Él, por su parte, abrió otra con su propia identidad y una clara advertencia sobre su línea editorial en la presentación: “El Twitter, solo para baloncesto. Y si es con humor, mejor. Que para ponernos serios ya está la vida y nuestro trabajo”.

A Darío Méndez lo conocen sobradamente en el mundo de la canasta. Posee tanto prestigio en categorías base como su hermano Miguel, multicampeón con Celta, Rivas, Schio y Ekaterimburgo, en la élite femenina. Para quien lo ignorase, Darío se ha destapado por su descacharrante humor.

Su cuenta se ha convertido en la crónica de la vida cotidiana de cualquier entrenador de base: sus tribulaciones y desventuras, los distintos estereotipos de jugador, los inevitables padres, los desastres tácticos... También, de vez en cuando, desliza comentarios sobre la ACB o la NBA.

“Empezamos con una coña de club, con las cosas que nos pasan a los entrenadores, a mí mismo con el equipo, y se me fue de las manos por completo”, reconoce Darío. “Me hacía gracia, simplemente. No le dedico mucho tiempo; veo por la mañana qué ha pasado en la NBA, algún partido, algún detalle. A veces se te ocurre durante un viaje, lo dejas en borrador y luego lo sueltas”.

La chispa desternillante, como patrón, se produce entre lo que comenta y el vídeo que adjunta, sin relación pero que en conjunto adquieren otro significado. Pero el vídeo ha sido también el causante del problema. Darío no posee de esos móviles que incluyen automáticamente el origen de las imágenes. Ya llevaba dos advertencias de Twitter por violar su política de autoría cuando se percató del problema. “Empecé yo a ponerles la firma, ‘vía tal’. Pero como de vez en cuando retuiteo alguno de hace tiempo, ha debido repetirse el problema y me han cancelado la cuenta”. Sucedió al parecer con un montaje de unas imágenes captadas por el Rover de la NASA en Marte, a las que añadió sonidos de Pablo Laso dirigiendo un partido –esa ‘retransmisión’ que otros técnicos le critican al madridista–. “

“No pasa nada. Es entendible”, acepta Darío. “Me ha sorprendido un poco la reacción de la gente. Me dijeron que apelase y he enviado un escrito, pero como llevo varias, no creo que me devuelvan la cuenta. Ya abriré otra. No es una necesidad ni algo esencial en mi vida, Con la que está cayendo, me parece un tema nimio”. Para miles de seguidores, sin embargo, esa sonrisa les resulta absolutamente imprescindible.