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Baloncesto Liga Femenina 2

Cristina Cantero, entrenadora del Celta Zorka Recalvi: “El reto de ascender está ahí, estará siempre, pero no me obsesiona”

La cordobesa alcanza ante el Barakaldo las cien victorias dirigiendo a las celestes

Cantero, durante un tiempo muerto.

Cristina Cantero sumó en Barakaldo su centésima victoria como entrenadora del Celta Zorka Recalvi. Lo recoge la cuenta @CeltaDatos. Miguel Méndez la aguarda en el registro histórico con sus 146, cierto que todas en Liga 1. Esos son los triunfos con los que Cantero sueña, el último en el ascenso y el primero en el regreso a la máxima categoría. Pero lo ambiciona desde su pragmatismo y su serenidad.

– Cien victorias. ¿Le da importancia a las cifras?

– Es simbólico. Mucha más importancia no tiene. Lo que quiere decir es que he tenido continuidad en el equipo. Es gracias a la confianza que me ha dado la directiva. Son victorias, derrotas… Vas acumulando de las dos. Llegas a una cifra redonda. Pero sobre todo llega por la continuidad en el proyecto.

– Solo 51 derrotas. La ratio es muy buena y mejorando. Los primeros años en Liga Femenina 2 fueron difíciles. El proyecto ha evolucionado. Supongo que también usted como entrenadora.

– Al final yo acabo creciendo con el proyecto. En los primeros años el club optó por una plantilla mucho más justa a la hora de fichar, saliendo con todas las de la casa, sin mucha experiencia en Liga 2. Eso lo vas pagando. Pero yo me sentía cómoda, era con las jugadoras con las que había crecido en el club. Te vas curtiendo. Sufrir esa presión de poder descender es mucho más asfixiante que por estar arriba. He vivido ambas, eso lo tenía clarísimo como jugadora y ahora como entrenadora. Cuando no ganas, no ganas, no ganas… Pero siempre he sentido el apoyo y el entendimiento de la directiva según lo que teníamos. Igual que pude sentir alguna presión cuando disponíamos de más plantilla y las cosas no iban bien, no sentí ninguna presión el primer año. No ganábamos pero sabíamos perfectamente lo que teníamos entre manos. Que la directa conozca la realidad y el trabajo que hacemos es muy importante. Todos en el staff nos sentimos arropados.

– ¿Recuerda aquella primera victoria como entrenadora, el 7 de noviembre de 2015 ante el Oviedo?

– Ese año empezamos 0-5. No es fácil coger el equipo en Liga 2 y no ganar un partido. Yo sabía que estábamos limitados, que Ogoke había llegado en la primera jornada, que las jugadoras estaban entrenando muy bien y no perdían la ilusión pese a lo que pasaba el fin de semana… A la larga íbamos a crecer; lo que pasa es que íbamos más despacio de lo normal. Recuerdo ese primer año como una experiencia y un aprendizaje en todo: en la gestión del grupo, en cómo era la liga, por dónde tenías que tirar. Yo tendía a trabajar con la cantera muy a largo plazo, por ejemplo. Los objetivos estaban lejísimos cuando empezabas. En esa estructura, cuando tú coges un Liga 2, ya no tienes tanto tiempo. Al principio trataba de trabajar muy parecido a como lo venía haciendo. Fui aprendiendo que necesitaba mucha más inmediatez. Tuve que cambiar la metodología. La exigencia es otra y se lo tienes que transmitir a las jugadoras, compaginando la formación de nuestras jóvenes con el rendimiento que necesitas en una competición profesional o semiprofesional. Son cosas que vas aprendiendo.

– Ha habido años impresionantes de temporada regular, por encima de lo esperado. Pero inevitablemente, al llegar al play off, uno se acuerda del último tiro fallado en Valencia en 2018 o de la plaga final de lesiones en 2019.

– El año de Valencia llegamos con gente tocada, pero perfectamente para competir y así lo hicimos. Aquel tiro no entró pero la imagen fue excelente. Supuso un punto de inflexión para todos. Nos dimos cuenta de que podíamos estar, de lo unido que estaba el club, de cómo pudimos disfrutar. Fue un momento importante. Nos confirmó que con el método que llevábamos podíamos llegar, sin tener una barbaridad de plantilla, acertando muy bien con lo que fichábamos. Al año siguiente tuvimos una plantilla mucho más completa, con posibilidades enormes de ascender. Pero las lesiones de Ainhoa, Tamara y Motley nos mataron. Hildur llegó a la fase lesionada, se le había ido la rodilla en el último partido de la fase regular y jugó con dolor. Con todo eso logramos ganar dos partidos y aquel tercero contra el Leganés, que decidía el rival en la final, fue clave. Íbamos ganando al descanso de una barbaridad y la luz se nos apagó (después perdieron claramente ante Campus Promete). Itziar no podía más. Celia se mareaba. El equipo lo dio todo. No fue suficiente para lograr el objetivo, pero no podíamos pedir más. Me lo decía yo interiormente. Pero es verdad que me costó recuperarme más. En Valencia llegamos al límite de nuestras posibilidades. En Tenerife tuvimos mil desgracias.

– Supongo que tras cien victorias, la que de verdad le apetece es esa última que suponga el ascenso.

– Cada año está siendo un mundo. El reto está ahí, estará siempre, pero tampoco me obsesiona mucho. Hay que ir muy poco a poco. Esta temporada parecía que íbamos a sufrir muchísimo para entrar entre los cuatro primeros y ahora vemos más despejado el camino. Nos quedan siete partidos durísimos. Lo primero es meterse ahí. Si lo logramos, podemos ser un rival muy fastidiado para cualquiera. No somos los favoritos. Barcelona, Leganés y Ferrol están dominando la competición. Nosotros llegaríamos ahí. Parece, pero no está hecho.

– Este año la línea del equipo es ascendente. El otro día ganaron con comodidad a Barakaldo (46-76) pese a que Stamenkovic, su jugadora clave, sigue recuperándose de las secuelas del COVID y no anotó un solo punto.

– El respiro de la clasificación (tres derrotas menos que el Extremadura, que es el quinto, además del average) nos da tranquilidad a todo el mundo para que se pueda recuperar con más paciencia. El resto está dando un paso adelante. La entrada de Motley otorga más puntos al equipo. Es cierto que en otras temporadas, tanto la del play off en Tenerife como incluso la de Valencia, el bajón llegó a partir de febrero. Somos un equipo que entrena bastante en el día a día y a veces lo pagas. A lo mejor tenemos que ir aprendiendo a regularnos mejor en nuestra planificación, pero siempre hay un momento de la temporada en el que tienes que bajar. Quizá este año sufrimos el bache en diciembre, con lesiones y demás. Tampoco se ve porque luego las jugadoras van compitiendo y tapando las cosas que nos pasan. Ahora parece que estamos mejor.

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