“Novak tiene muchas cosas más que perder que yo, la presión será para él”, soltó Daniil Medvedev, sonriente, minutos después de eliminar a Stefanos Tsitsipas y clasificarse para la final del Abierto de Australia, donde mañana (09.30 horas, Eurosport) le esperará Novak Djokovic, número 1 mundial y campeón ocho veces del torneo.

Al tenista serbio, que el día anterior dijo que vería en la tele el partido de Medvedev y Tsitsipas “comiendo palomitas”, no se descarta que se le atragantaran de golpe si escuchó al ruso lanzarle el guante desde la Rod Laver Arena, tras derrotar a Tsitsipas con una exhibición de tenis por 6-4, 6-2 y 7-5.

Djokovic ya había mostrado su preocupación ante la posibilidad de cruzarse con Medvedev. «Será el rival a batir», dijo tras superar su semifinal. El número 1 mundial conoce el potencial del tenista de Moscú, de 25 años, que en los últimos meses se ha mostrado como una apisonadora con 20 victorias consecutivas, 12 de ellas ante jugadores del top ten, ganando los últimos tres torneos que ha disputado: el Masters 1.000 de Paris Bercy, la Copa de los Maestros de Londres –ambos en 2020– y la ATP Cup, hace tan solo 10 días.

Tsitsipas sufrió el acoso al que le sometió Medvedev desde el primer punto con su tenis directo (17 aces y 46 golpes ganadores por solo 21 errores). El tenista griego, que el jueves le había remontado dos sets a Rafael Nadal, no encontró la manera de parar al desgarbado y frío rival que le disparaba bolas al otro lado de la red, en cualquier posición, tanto de revés como de derecha.