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FÚTBOL - Liga BPI

La madurez de Andrea Mirón

Andrea Mirón, con el Famaliçao. / FdV

Andrea Mirón (Pontevedra, 1991) afronta con la máxima ilusión su segunda etapa en Portugal. La capitana de la selección española de fútbol playa que se proclamó campeona del mundo en Catar en 2019 ha fichado por el Famalicão, que milita en la máxima categoría del fútbol femenino luso.

Esta será su segunda experiencia en el país vecino, después de la de la temporada 2016/2017, cuando recaló en el SC Braga procedente del ya desaparecido Olivo junto a Pauleta, Clo, Carla y Nati. Esa temporada fue subcampeona de Liga y de Copa. Ahora vuelve con la intención de lograr algún título en una liga que le ha abierto de nuevo las puertas para disfrutar de su gran pasión de un modo más profesional.

“Es un club serio, competente y que apuesta por el fútbol femenino, que era lo que venía buscando este año, un poco de profesionalidad para los pocos años que me quedan ya de fútbol y la verdad es que estoy contenta aquí”, dice la defensa, que vuelve a Portugal procedente del Friol. “Allí estaba como en casa, pero aquí he dado un paso de gigante ya que la competición es más seria, el club está enfocado en un reto importante y creo que era lo mejor para mí venir aquí”, resume.

Dudas

Y eso que cruzó la frontera con ciertas dudas: “Debido al momento que estamos viendo con la pandemia tenía el miedo ese de que no se pudiera competir, pero, al ser una liga profesional, aquí aunque ha cerrado prácticamente todo nosotras seguimos compitiendo y entrenando a diario y la verdad es que es una ventaja por esa parte, porque veníamos desde marzo sin competir y tenía ese miedo de que volviera a suceder, pero por suerte no ha sido así y hemos podido competir”.

Fue la llamada del entrenador con el que había coincidido en el Sporting de Braga, João Marques, el que propició esta nueva mudanza al país vecino. “Ya nos conocíamos bien y ya me había llamado para ir antes, pero soy jugadora que acaba siempre la temporada”, apunta. “Me propuso este reto, me habló muy bien del equipo y me dijo que el presidente apostaba por el femenino a muerte. Además, yo ya sabía que era un motivador nato y que con él había éxitos asegurados, así que me aventuré a volver a Portugal”, explica. Esa confianza de Marques fue un factor fundamental en su decisión: “Es importante porque te transmite una confianza que igual en otro lado no tendrías, aunque eso no significa que tuviera asegurado que iba a jugar, pero sí que ya tenía un apoyo y una confianza que en otro lugar quizá no tendría porque no me conocen”.

Una vez superada la primera fase de la competición, las cosas no van del todo mal para el Famalicão, que ya está en la segunda fase en el grupo que luchará por el título. “Hemos pasado de fase como mejor equipo del grupo norte, clasificándonos por delante del Sporting de Braga, que lleva cuatro años en Primera División, con jugadoras importantes y sí que hemos dado un golpe en la mesa y hemos dicho “¡aquí estamos!”. Además, se trata de un equipo recién ascendido. Este es su segundo año de existencia y este el primero en la máxima categoría, así que ha dado un golpe en la mesa importante”, relata.

Títulos

Una situación actual que demuestra lo seria que es la apuesta del club por la sección femenina, lo que alimenta su ilusión de luchar por títulos. “Lo vemos factible porque ahora son muchos los equipos de gran nivel en Portugal y cualquier resultado nos puede beneficiar. Hay que luchar hasta el final y la esperanza es lo último que se pierde. Quedan muchos partidos todavía porque esto acaba de empezar y ya veremos qué pasa al final”, sostiene.

En esta segunda etapa de Andrea Mirón en Portugal también hay notables diferencias. “La primera vez que llegué aquí tenía 25 años. Era más joven, tenía menos experiencia y la verdad es que ahora afronto esta oportunidad de manera más madura y responsable que la primera vez.” Su reto ahora es “conquistar todo lo que no pude conquistar en el Sporting de Braga, con el que nos quedamos a las puertas de todo, y crecer como jugadora y como persona”.

A sus 29 años, asume que su trayectoria encara el tramo final. “Es verdad que el final se acerca y buscas algo serio donde puedas disfrutar de esta etapa que me queda. Voy a disfrutar a tope esta oportunidad porque no sé si habrá otra. Igual puede que haya, pero en este momento necesitaba esto y apareció, por suerte”. En España hubo oportunidades también, pero la liga lusa le atrajo más: “Me tiró el hecho de que ya había vivido esto y quería repetirlo”.

Liga de Campeones

“A nivel competitivo, la liga ha crecido mucho y eso para mí es bueno porque hace cuatro años nos encontrábamos con que te enfrentabas a tres equipos y ya está y ahora no te puedes fiar de ninguno”, subraya. Un dato significativo. “Están apostando por el fútbol femenino y están invirtiendo en las chicas de aquí, en la logística,… Se está consiguiendo un fútbol más profesional”. Y esa profesionalidad invita a soñar. Precisamente, la redondelana Paula Domínguez, ‘Pauleta’, también milita en la liga lusa, en el Benfica, con el que este año ha tenido la oportunidad de debutar en la Liga de Campeones. “¿Quién no quiere jugar una ‘Champions’?”, proclama Mirón. “Hay que soñar siempre en grande y la posibilidad está ahí. Tenemos que pelear porque, ¿a quién no le gustaría escuchar ese himno de la ‘Champions’ dentro del campo?”.

La Liga lusa les ha abierto las puertas para cumplir un sueño que parece más difícil de lograr en España. “Tiene cierta gracia que vengan de Portugal a buscarnos y en cambio que en España no nos observen”, subraya. “Es bueno y malo. Bueno porque al final te están valorando, pero lo cierto es que también me gustaría jugar en España en Primera”. Lejos de lamentarse, lo que intenta es “disfrutar” de la experiencia y de la oportunidad que le brinda el país vecino de seguir cumpliendo sus sueños.

Mirón, con la selección española de fútbol playa en el Mundial de Catar. / FdV

A por “más títulos” en fútbol playa

El fútbol playa es otra de las pasiones de Andrea Mirón. Con el combinado nacional se proclamó campeona del mundo en Catar, pero desde entonces no han podido volver ni a entrenar ni a competir. “El de Doha fue el último campeonato que tuvimos a causa del COVID-19, y ahora ya estamos focalizados en preparar la temporada, en dar lo mejor de nosotras mismas y seguir ahí arriba en el ranking, sin bajar el freno de mano. Hay que conseguir más títulos y estamos enfocados en ello”. Pese a no haber podido juntarse desde entonces, se esfuerzan en “seguir unidas, siendo una familia, tanto técnicos como jugadoras, y trabajar para mejorar”.

Por su parte, en Portugal se ejercita junto a la portera del Famalicão, que también forma parte de la selección española de fútbol playa, y con el portero de la selección lusa de fútbol playa que “por suerte nos está entrenando algunos días a la semana”. Todavía no tienen fechas cerradas, pero confían en poder disputar el Europeo en el mes de julio. “Cada vez hay más jugadoras, con más calidad, y tienes que trabajar para mantenerte en el equipo”, dice la capitana de un combinado que ganó el Mundial junto a otras dos gallegas: Carol González y Sara Tui.

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