Muguruza, ayer durante su partido ante Osaka. | // DAVE HUNT

El serbio Novak Djokovic (1) superó, a pesar de sus molestias en el abdomen, al canadiense Milos Raonic (14) por 7-6(4), 4-6, 6-1 y 6-4 en los octavos de final del Abierto de Australia para conseguir la victoria número 300 en competición del Grand Slam. “No ha habido preparación para este partido, he invertido todas las horas en recuperarme. Mi fisio está haciendo un trabajo increíble”, comentó el serbio a la conclusión del partido.

Su próximo rival será el alemán Alexander Zverev (6), con quien mantiene un cara a cara favorable de 5-2, después de que se impusiera por su parte en tres sets al también serbio Dusan Lajovic (23).

Djokovic también certificó su pase a los cuartos por decimosegunda vez para igualar a un Rafael Nadal que podría volver a ponerse por delante en esta particular clasificación hoy en su duelo ante el italiano Fabio Fognini.

Nadal parece haber ganado en confianza para solucionar los problemas de espalda que arrastraba desde hace más de dos semanas y, a pesar de que su condición física no es la óptima por los cambios incorporados en su rutina habitual, llegará en el mejor momento posible al duelo ante Fognini (16), que por su parte llega tras conciliarse con su mejor tenis después de pasar por el quirófano durante el pasado mes de mayo. El balear está con ganas después de superar en tres sets su tercera ronda frente al británico Cameron Norrie, en un partido en el que notó libertad de movimientos por primera vez desde que comenzó la competición.

Muguruza se despide ante Osaka

Garbiñe Muguruza (14) cayó en los octavos de final del Abierto de Australia ante la japonesa Naomi Osaka (3) por 4-6, 6-4 y 7-5, en lo que fue una brillante lucha a un alto nivel tenístico. Muguruza, vigente finalista, desperdició dos pelotas de partido al resto cuando el marcador reflejaba un 5-3 a su favor en el tercer set. Sin embargo, se marchó con la cabeza bien alta a pesar de la amarga derrota por completar dos semanas en Melbourne en la que acumuló siete victorias y dos derrotas, las cuales se produjeron ante la local Ashleigh Barty (1) y la propia Osaka. El choque estaba llamado a ser una épica batalla por el inmejorable estado de forma que atravesaban las dos campeonas de Grand Slam al no ceder un sólo set en las tres primeras rondas. El dominio con el servicio de las dos favoritas extendió la igualada en el marcador hasta el 5-4, momento en el que Muguruza logró una oportuna rotura para apuntarse la primera manga. El desparpajo de Muguruza continuó en un segundo set que estrenó con un temprano ‘break’. Sin embargo, Osaka, que veía cómo sus opciones de seguir viva se desvanecían, sacó su mejor tenis al resto para establecer de nuevo la igualada en el segundo asalto. Las dudas de Muguruza, acompañadas de la solidez de Osaka al resto, llevaron el partido a un set definitivo en el que Muguruza desperdició dos bolas de partido.