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atletismo

Un Alejandro Gómez para la eternidad

Alejandro Gómez estira antes de un entrenamiento en Castrelos. | // FDV juan carlos álvarez

Alejandro Gómez y Diego García eran hermanos con distintos apellidos. Les unió para siempre el amor al atletismo y construyeron su relación fraternal devorando kilómetros y confidencias en sus entrenamientos. Poco podían imaginar que también les uniría la desgracia, la muerte a destiempo. Diego García falleció en 2001 en brazos de Alejandro mientras preparaban la Azpeitia-Azcoitia que se disputaba al día siguiente. “Alejandro, para que me siento mal” le dijo. Y su corazón se detuvo para siempre. Solo tenía 40 años y acababa de retirarse de la alta competición.

La organización de la Azpeitia-Azcoitia, la carrera a la que estaba tan ligado y que unía su localidad de nacimiento con su lugar de residencia, decidió entonces homenajearle de la mejor manera posible: que su figura siguiese para siempre acompañando a los atletas que disputan esa prueba, que entrenan en el paseo que une ambas localidades guipuzcoanas. Levantaron entonces una estatua al tamaño natural en la que se ve a Diego García en plena carrera y lo colocaron en el punto exacto donde se desplomó el 31 de marzo de 2001 mientras corría con Alejandro Gómez. Un tributo tan sencillo como perfecto. Su figura parece camuflarse entre los cientos de populares que todos los días entrenan en ese paseo y que han convertido en una costumbre chocar el puño con él o simplemente acariciar su espalda a modo de respeto. Y los días en que se corre la Azpeitia-Azcoitia, su carrera, la figura amanece con la camiseta conmemorativa de la carrera y su característica cinta de pelo blanca en la cabeza.

Estatua de Diego García en el paseo que une Azcoitia con Azpeitia. |  // FDV

Estatua de Diego García en el paseo que une Azcoitia con Azpeitia. | // FDV

La muerte de Alejandro Gómez a los 53 años, apenas unos meses después de que se le diagnosticase un tumor incurable, ha recuperado el recuerdo de su amigo del alma Diego García. Pero también el del singular homenaje que se le tributó en su tierra. En Vigo alguien pensó que podía repetirse una iniciativa similar y desde hace un día en la plataforma change.org se recogen firmas para pedir al Concello de Vigo que levante a modo de homenaje una estatua de Alejandro Gómez en el circuito de Castrelos, el que tantas veces pisó el “galgo de Zamáns” durante su carrera atlética. Castrelos es un símbolo para el atletismo vigués y sus múltiples variantes. Allí coinciden los deportistas de élite con los populares que preparan sus particular calendario o con aquellos que simplemente buscan en el atletismo una forma de proteger su salud sin más pretensiones. A todos ellos les une la admiración por Alejandro Gómez. Por eso ha sido en Castrelos donde esta iniciativa ha encontrado una primera y entusiasta respuesta. En el primer día, sin apenas ponerla en circulación, más de quinientas personas han firmado la petición que se trasladará al Concello de Vigo y más concretamente al alcalde, Abel Caballero.

Los “padres” de la idea apuntan a que, como en el caso de Diego García en la carretera que une Azpeitia con Azcoitia, sería la mejor manera de rendirle tributo, que la figura de Alejandro Gómez corriendo por Castrelos se convierta en compañero diario de todos aquellos que alguna vez pisen el parque. Sería la mejor compañía y también la mejor fuente de inspiración para todos ellos. Como dicen en su propuesta “esa estatua sería un digno reconocimiento a un atleta excelso y una fuente de inspiración para todos los corredores que amamos este deporte y lo que Alejandro representa.Su gran amigo,Diego García,tiene una gran estatúa en su pueblo,Azpeitia,y creo,que haya donde estén ambos, sonreíran cuando vean esa estatua en Castrelos”.

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