“Dicen que nadie se va de todo si permanece en el recuerdo de quienes lo quieren. Ale seguirá recorriendo los montes en medio de los eucaliptos que le han visto crecer, que le han visto entrenar, reír y llorar”. Con esta frase se despedía de Alejandro Gómez la maratoniana exolímpica Vanessa Veiga a través de sus redes sociales, al tiempo que confesaba que “la pena, el dolor y la rabia” invadían su cuerpo con el triste adiós del “Galgo de Zamáns”, que fallecía el domingo en su casa tras detectársele el pasado mes de junio un tumor inoperable. Su valentía y coraje para afrontar su destino fue su último gran triunfo. Ayer fueron numerosas las personas que, bajo un estricto protocolo, quisieron despedirse del mejor atleta gallego de la historia. El funeral y posterior entierro tuvo lugar en la Iglesia Parroquial San Mamede de Zamáns. Ya para siempre descansa en casa.

Hasta el tanatorio, en Pereiró se acercó también el alcalde de Vigo, Abel Caballero, acompañado por el concejal de Deportes, Manel Fernández, para transmitir su pésame a la familia. Alejandro Gómez, que participó en tres citas olímpicas, había recibido recientemente la medalla de Vigués Distinguido, pero ante todo era “un gran atleta, un gran deportista y una gran persona”, apuntaba el regidor en su mensaje de despedida.

Un instante del funeral, ante un reducido número de asistentes por el protocolo COVID-19.

El exolímpico Carlos Pérez se acercó también por la mañana al tanatorio, a donde llevó la bandera olímpica de los Juegos de Sidney y la de los olímpicos gallegos. Había estado llamando mucho a Paula Hernández, su viuda, e incluso hablando con Alejandro Gómez. Sabía que en los días previos su situación se había deteriorado mucho: “Estuve pendiente hasta última hora en contacto con Paula”, dice Pérez, que recuerda a Alejandro desde que era seleccionador gallego y lo convocaba. “Era un poco revolucionario. Ante los fallos siempre protestaba enseguida. Porque él cumplía como el que más. ‘Yo vengo a hacer las cosas bien’, me decía”, recuerda el otro único atleta gallego, junto a Gómez, que ha participado en tres Juegos Olímpicos. “Alejandro tenía carisma, se hacía querer. Siempre fue diplomático. A mí siempre me llamaba presidente”, recuerda.

“Cuando Alejandro se enfada con el CSD, con la federación o con la Xunta, decía: “Ficho por Portugal, por Madrid, por Barcelona”. Pero nunca llegó a hacerlo porque para él todo era Galicia, Galicia, Galicia...”. Y destaca que Alejandro Gómez afrontó su enfermedad “con resignación”.

“Era un portento da natureza. Demasiado xoven para deixarnos”, se lamenta Julia Vaquero. “Da miña xeración, o mellor, e o que máis cedo nos deixou”, prosigue la exolímpica. “So tiña tres anos máis ca min e toda unha vida por diante. Incluso ós mellores deportistas, tan sanos coma él, a vida lles xoga malas pasadas. É inxusto que a súa vida se apague con 53 anos”, dice tratando de asimilar su pérdida.

Otro olímpico, David Gómez, no duda al afirmar que se trataba “del mejor atleta gallego de la historia”. “Era uno de los mejores del mundo y más contando que peleaba codo con codo con los africanos”, subraya: “Era un todoterreno; dominaba la pista, el cross y la ruta”. El rosaleiro tuvo la suerte de “compartir entrenamientos con él durante un tiempo a las órdenes de Suso Lence y era increíble verlo entrenar”, rememora.

Abel Antón

Otra figura que quiso despedirse de él fue Abel Antón, que coincidió con el ‘Galgo de Zamáns’ en tres citas olímpicas. En declaraciones a EFE, Antón dijo que era “buena gente”, “introvertido” y “noble”.

“La relación que he tenido con él siempre ha sido de buena amistad. Me acuerdo de muy joven que fuimos a los Juegos Olímpicos de Seúl y es la primera vez que coincidí con él en la prueba de 5.000 metros”, ha recordado. Barcelona 92 y Atlanta 96 son otras dos citas olímpicas donde compartieron selección española de atletismo.

“Siempre ha sido un buen crossero, ha estado entre los mejores del mundo, ha sido la disciplina donde más ha destacado e incluso cuando pasó al maratón también lo hizo con éxito, batiendo el récord de España”, recalca el atleta soriano. El bicampeón del mundo de maratón visitó a Gómez en julio, junto con el atleta Martín Fiz y el mánager Miguel Ángel Mostaza: “Es una lástima para el deporte y el atletismo español y para todos, porque ha sido un gran campeón”.

Entre los atletas populares también ha dejado pegada. “Siempre he sentido una gran admiración atlética por él. He entrenado durante un año con Alejandro y solamente tengo recuerdos y palabras de agradecimiento, pues nunca me ha cobrado nada por darme parte de sus conocimientos. La marca de 1:06 que tengo en la media fue en la Azcoitia, donde me presentó a la familia de su gran amigo Diego García”, indica Daniel Bargiela. “Era una persona con un carácter especial, ese mismo que le hacía ser diferente, pero te puedo asegurar que tenía una calidad corriendo y un correr innato que a pocos atletas le he visto”, añade.

“Es una de esas noticias que nunca deseas que llegue, y menos con la edad que él tenía”, indica el maratoniano Rubén Pereira. “Se notaba que era un amante del atletismo, de las carreras, es lo que desprendía y a nivel deportivo es, si no el mejor, uno de los mejores fondistas españoles de todos los tiempos. Ha hecho cosas increíbles y sus marcas están ahí. Era increíble cómo se desenvolvía, sobre todo en el barro, un fuera de serie”. Su legado ya es eterno.