Mario Méndez fue el único deportista vigués, junto a Susana Rodríguez Gacio, que pudo emplear unas instalaciones municipales en su reapertura con el protocolo adaptado a las nuevas restricciones. Ambos coincidieron en la piscina del Carmen. Mario, que suele entrenarse en la de Teis, como de hecho hizo el lunes, tenía el test de antígenos y los certificados federativos en regla porque justo encaraba la recta final de un Campeonato de España: el de aguas abiertas que disputará mañana en el Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat, en la categoría reservada a los nacidos en 2002 y 2003.

En el ajetreo burocrático de las instalaciones, Mario se quedó el martes sin catar el agua. Se ejerció en casa con gomas, intentando simular las mismas resistencias. Pero no se siente especialmente incómodo por esta alteración en su agenda o por haber concluido su preparación en un escenario distinto al habitual: “Me encontré bastante bien en el agua”.

Mario Méndez acudirá a su tercer campeonato nacional de la especialidad, para el que se clasifican los diez mejores del país según lo marquen sus tiempos. Aunque se compita en 5.000 metros, los cronos de referencia se fijan en 3.000, que es el tope en las citas autonómicas. En ambas ocasiones, tanto en 2020 como en 2018, quedó último. Si bien figurar entre los diez elegidos supone ya toda una gesta, de la experiencia del año pasado reconoce que salió “con mal sabor de boca”. A la piscina del CAR de Sant Cugat acude con el décimo crono, pero calcula: “Podría estar sobre el quinto puesto”.

Lo sabrá mañana domingo, de mañana, cuando concluya los 100 largos. Una hora en el agua, a solas consigo mismo, peleando contra la tentación de detenerse que su cerebro le ofrecerá, traduciendo el sufrimiento de su cuerpo.

“Son duras las pruebas así”, reconoce. “Ahora no suelo nadar esas pruebas. Al 1.500 y al 800 en el Gallego ni me tiré. Estaba bastante saturado de tantos metros y tanto crol. Nadé menos distancia y se me dio bien bien. Disfruté mucho, con resultado muy sorprendentes. Estoy intentando nadar un poco más de todo. Si no lo hago a los 17 años...”.

Admite, no obstante, que sus características le invitan a las modalidades de mayor exigencia. “Yo no tengo la fuerza explosiva de las cortas y en las largas hace falta más fortaleza mental”.

Comenzó en la larga distancia como empiezan los grandes viajes, de casualidad. “La primera vez fue de pequeño porque quedaban plazas libres y yo pasaba por allí”, describe. “Me lo pasé bastante bien con gente mucho mejor que yo. Aprendí mucho, poco a poco, a competir”. El ponteareano Pablo Cabana, “que es muy bueno” y llegó a quedar tercero en el Campeonato de España, ha sido uno de sus compañeros habituales en esta aventura.

A Mario le gustaría seguir moviéndose con flexibilidad entre las diferentes pruebas a la vez que explora sus límites. “Aunque hay mucho nivel, me gustaría ir alguna vez convocado con la selección española o lograr alguna medalla absoluta en el Campeonato de España; algo grande en la natación”.