Apenas hace unos días que trascendió públicamente que el noruego Martin Odegaard, después de perder el poco protagonismo que tuvo en el inicio de la temporada, había pedido salir del Real Madrid en busca de minutos. Dicho y hecho. Viajó a Londres el domingo y ayer se hizo oficial el acuerdo: Odegaard se marcha cedido al Arsenal hasta el final de la temporada.

El regreso al Madrid este verano del atacante noruego, después de una gran temporada en la Real Sociedad y de que Zidane hiciera fuerza para que su regreso de San Sebastián fuera un año antes de lo previsto, fue el único refuerzo de los blancos para la temporada de la pandemia, la única novedad de un equipo en el que las jerarquías no han cambiado.

Dada la falta de protagonismo de blanco, Odegaard no ha vacilado y ante la apertura de la primera ventana de fichajes decidió que quería salir del Madrid en este mismo mercado de invierno, como ya ha hecho Jovic al Eintrach. El noruego se marcha a la Premier League inglesa, a un Arsenal con Mikel Arteta en el banquillo que está lejos de los puestos cabeceros, donde coincidirá con Dani Ceballos, cedido también por el Real Madrid. En Londres se van a juntar dos de los argumentos de los críticos con Zidane, aparentemente empeñado en alargar la preponderancia de una generación ya exprimida hasta límites insospechados, mientras una generación de jóvenes se marcha del club presidido por Florentino Pérez, que también acapara su porción de reprobación por una apuesta fallida por nuevos talentos que se han revelado más caros que eficientes para un Real Madrid en una transición que amenaza con eternizarse.

Relación intermitente

Odegaard fichó por el Real Madrid en 2015, cuando apenas tenía 16 años, y ahora ha firmado su cuarto contrato de cesión (pasó por el Heerenveen, el Vitesse y la Real Sociedad). Ya entrenó ayer con su nuevo equipo, con el que espera jugar más minutos de los que dispuso en Madrid en la primera mitad de la temporada. Bajo las órdenes de Zinedine Zidane, Odegaard ha jugado poco más de 350 minutos en los 28 partidos de lo que llevamos de curso, el vigésimo de la plantilla blanca, por detrás de Militao, Isco o Marcelo. Entre la confianza inicial y su salida, el noruego ha pasado por dos lesiones y una pérdida alarmante de protagonismo, con apenas cuatro titularidades en la primera vuelta de La Liga.