Corrales comenzó el partido en la portería española, como le correspondía en esa alternancia con Pérez de Vargas que ha instituido Jordi Ribera. Pero también fue el que acabó ganando el partido. La primera acción anticipó lo que vendría después: Sagosen lanzó y Corrales, que ha compartido entrenamientos con él en el PSG, ya lo estaba esperando. Le paró tres de sus cuatro lanzamientos iniciales.

El cangués ha firmado unas estadísticas extraordinarias. En algunos momentos, con el primer tiempo ya avanzado, ha llegado a transitar por el cincuenta por ciento de paradas. Pero su actuación ha resultado especialmente importante cuando España se ha atascado a nivel ofensivo en la segunda mitad. Seguramente ha sobrado confianza en esa salida de los vestuarios.

Además de esos minutos sin anotar tras el descanso, la selección española ha tenido que superar algunos problemas defensivos en el arranque. El seleccionador ha aplicado una defensa 5.1 con Álex Dujshevabaev en el avanzado que no ha terminado de funcionar. Jordi enseguida ha cambiado de idea, bajando la defensa a un 6.0 mucho más efectivo. Pero Noruega ha podido vislumbrar ahí la única fisura en el entramado de los Hispanos. Por eso siempre han intentando penalizar a España acelerando las transiciones para que Álex no pudiese realizar el cambio y más todavía en la segunda mitad, cuando en algunos momentos España ha llegado a efectuar tres cambios ataque-defensa.

Ha sobresalido lo positivo, claro; como el rendimiento de Marchán en el pivote o que esta vez España no se ha resentido cuando Jordi ha concedido descanso a Raúl Entrerríos. Noruega acabó rendida, sin su mejor jugador por lesión y sin presionar, algo contra lo que Jordi había alineado a cuatro hombres de primera línea.

Por lo demás, increíbles los errores cometidos por los jugadores en el partido entre Egipto y Dinamarca. Como la pérdida de balón de Hansen, uno de los mejores del mundo, que supuso su exclusión y llevó a la primera prórroga. Egipto no se merecía la eliminación, pero Elmasry ha cometido una falta que implicaba penalti directo cuando el jugador danés no tenía opciones. Tres veces han ido al replay los árbitros y tres veces han decidido que las normas se tienen que aplicar, incluso esa que lleva año y medio vigente y que Elmasry desconocía.