El Rápido de Bouzas sumó ayer un punto que sabe a victoria, sobre todo por la forma en la que se produjo. Los jugadores entrenados por David de Dios perdían 1-3 en el minuto novena de juego, y en el tiempo añadido tuvieron la oportunidad de marcar do goles que igualaban el encuentro e, incluso, dispusieron de un remate de cabeza tras un saque de esquina que salió fuera por muy poco. Son las cosas del fútbol.

Rápido y Estradense eran conscientes de la importancia de los tres puntos en juego, tal y como está la clasificación. Esa necesidad se reflejó en los primeros minutos del encuentro, en los que ambos equipos buscaban su sitio en el centro del campo. El esférico circulaba de un lado hacia el otro sin demasiado orden. Sin embargo el primer tanto de la mañana no tardó mucho tiempo en llegar, pues habían pasado siete minutos cuando los vigueses cedieron un falta en banda que, aparentemente, no revestía excesivo peligro, más que un centro al área. Sin embargo Brais Calvo vio a Rui adelantado y probó fortuna con un disparo que hizo una parábola que se coló por el palo largo, poniendo en franquicia a los de A Estrada.

El Rápido intentaba presionar la salida de balón del Estrandese, pero el balón no le duraba demasiado. Con ventaja en el marcador, el cuadro visitante bajó el pistón, puesto que el Pujales es un campo que debido a sus dimensiones, es fácil defenderse. Así, el Estradense esperaba al rival y trataba de recuperar algún balón para salir en velocidad a la contra.

Poco a poco los vigueses crecían en su dominio, pero seguían sin llegar con demasiado peligro al área. Un disparo desde la frontal era su mejor ocasión pasada la media hora de juego. Pudo sentenciar el cuadro estradense a quince minutos para la conclusión, al llegar un balón al área pequeña y fallar solo ante un Rui a la desesperada.

El Rápido de Bouzas llegó con vida a la segunda parte gracias al gol de Carlos a dos minutos para llegar al tiempo de descanso. Un balón al área lo remata el delantero de cabeza, subiendo la igualdad al marcador.

Tras el tiempo de descanso parecía que el Rápido daba un paso al frente, pero llegó un balón al área que dio en el brazo de un defensor, señalando el colegiado el punto de penalti. Las cosas se ponían peor para los aurinegros, que sufrían un nuevo mazazo nueve minutos más tarde, al marcad Brais Calvo su tercer gol, al ver de nuevo adelantado a Rui, que encaja ajustado al palo.

Todo parecía visto para sentencia, sobre todo cuando el Estradense se queda con diez sobre el campo y todo apunto a que jugarán con el marcador en el tiempo que resta hasta el final. Pero lo que dejó claro el equipo entrenado por David de Dios es que no va a dar un partido por perdido hasta que se pite el final, y el premio a esa filosofía lo obtuvieron ayer con dos goles que valen un punto.