La selección española de balonmano puso un pie en los cuartos de final del Mundial de Egipto, tras imponerse a Alemania, en un encuentro en el que los “Hispanos” desarbolaron por completo al conjunto germano con una sensacional defensa en el tramo final de la segunda mitad. El sobresaliente trabajo defensivo permitió a los de Jordi Ribera sobreponerse a un mal arranque de segundo tiempo, que dejó en nada las excelentes prestaciones que habían mostrado en la primera mitad.

Pero ni aun así se descompuso el equipo español, que, en una nueva muestra de madurez, reaccionó cuando peor pintaba el partido para los “Hispanos”, que a los 42 minutos perdían por tres tantos (22-25) en el marcador.

España logró enjugar la desventaja con el paso a una defensa 6-0, liderada por unos imponentes Morros y Guardiola, y secundado por un no menos fenomenal Pérez de Vargas bajo los palos, que permitieron al conjunto español dar la vuelta al marcador con un parcial de 6-0.

La clave estaba en la defensa. Los germanos apelando a su tradicional 6-0 para sacar partido de los muchos kilos y centímetros que suman jugadores como Golla y Firnhaber en el eje de la zaga, y los “Hispanos” apostando por el 5-1 que tan buenos resultados le dio en la victoria cosechada sobre Alemania en el último Europeo.

Tal y como le ocurrió a Firnhaber, quien en apenas diez minutos ya sumaba dos exclusiones, que Raúl Entrerríos no desaprovechó con dos pinceladas del inmenso talento que atesora para situar a España con una renta de dos goles (6-4) a los once minutos de juego.

Donde no llegaron las piernas y los brazos de los defensores españoles siempre apareció la imponente figura del gallego Rodrigo Corrales, que con dos intervenciones consecutivas permitió a los de Ribera sacar a relucir su velos juego de contraataque para dar un nuevo paso adelante (9-6) en el marcador.

Y es que España tenía claro que la clave era poner la máxima intensidad y velocidad a todas sus acciones, tanto en ataque, con una frenética actividad de piernas. La variedad permitió a la selección española alcanzar con dos trallazos de Joan Cañellas alcanzar a falta de tres minutos para la conclusión del primer tiempo su máxima ventaja (15-11) en el marcador, diferencia que sólo la mala fortuna que tuvieron los jugadores de Jordi Ribera en un par de rebotes finales permitió a Alemania reducir mínimamente (16-13) al llegar el descanso.

Estas pequeñas desatenciones anticiparon la reacción del equipo alemán en el inicio de la segunda mitad, que no desaprovechó los desajustes ofensivos de España para igualar la contienda (18-18).

Pero España no era la misma. Tampoco Alemania, que además de a Hafner, sumo en el segundo tiempo a un clarividente Knorr, jugador que pasó por la cantera del Barcelona, que con sus medidos pases a los pivotes permitió no sólo mejorar notablemente a los germanos en ataque, sino situar a los de Gislason con una renta de tres goles (22-25) en el tanteador. Problemas a los que se unió la irrupción del guardameta Bitter, que con sus paradas completó los problemas españoles.

Una más que inquietante situación que los de Jordi Ribera resolvieron, cómo no, apelando a la piedra sobre la que se han sustentado todos sus éxitos, la defensa, aunque esta vez no fue el 5-1 de la primera mitad, sino el clásico 6-0, con Morros y Guardiola como líderes, que permitió a los cortocircuitar por completó al ataque alemán, que encadenó nueve minutos sin anotar.

España no desaprovechó esa sequía para dar la vuelta al marcador con un parcial de 6-0, que permitió a los de Jordi Ribera situarse con una renta de tres goles (28-25) a falta de menos de nueve minutos para la conclusión.