La selección española de balonmano certificó su clasificación para la segunda fase del Mundial de Egipto, en la que se medirá con Alemania, Hungría y Uruguay, tras imponerse por 36-30 a Túnez, en un encuentro en el que los “Hispanos” comenzaron a recordar al equipo que el pasado año se proclamó campeón de Europa por segunda vez consecutiva.

Es cierto que los de Jordi Ribera todavía no son el equipo que dominó a todos sus rivales en el último Europeo, pero sí que dio un paso a adelante con relación al juego desplegado en las dos primeras jornadas ante Brasil y Polonia.

Especialmente en ataque, donde España esta vez sí logró dotar desde el inicio de partido la fluidez necesaria a su juego ofensivo para hacer llegar el balón en ventaja a los extremos y pivotes.

Si la selección española no acabó de dar con la tecla en defensa, quien no tuvo ninguna duda fue el portero Gonzalo Pérez de Vargas, que con las diez paradas que cerró el primer tiempo, frustró el ataque del conjunto norteafricano. Su buen hacer, ya que siguió atajando una infinidad de balones, como atestiguaron las diecinueve paradas con las que cerró el encuentro, permitieron a los “Hispanos” superar cualquier mal momento.

Las dudas se acabaron por completo con el paso adelante que dio España en el tramo final del encuentro y que permitió a los de Jordi Ribera alcanzar una renta de siete tantos (32-25), que dejaron el encuentro sentenciado a falta de ocho minutos.