El Barcelona despidió su ‘annus horribilis’ ofreciendo su versión menos fiable para ceder otro empate en el Camp Nou, donde esta temporada ya ha perdido 9 puntos de 27 posibles en LaLiga. Esta vez, el equipo que sacó petróleo del mal momento catalán fue el Eibar, que merced a una gran primera parte logró puntuar en el estadio azulgrana por primer vez en su historia.

Y eso que el partido pudo empezar franco para el Barça, porque el árbitro, después de consultar VAR, pitó un penalti de Bigas sobre Araujo a los 7 minutos. Pero, con el lesionado Messi en la grada, Braithwaite asumió la responsabilidad desde los once metros y tiró desviado a la derecha de Dmitrovic.

El propio Braithwaite pudo redimirse a los 25, cuando batió al meta del Eibar tras rematar de primeras una asistencia de Junior, sustituto del sancionado Jordi Alba en el lateral izquierdo. Pero de nuevo el VAR, el gran protagonista en el arranque del choque, irrumpía en el partido para anular el tanto por fuera de juego.

Entre una jugada y otra, el dominio correspondió al equipo guipuzcoano, que agobió a los locales con la presión alta, la movilidad del bullicioso Inui por la izquierda y las jugadas a balón parado.

El Eibar se marchó al intermedio con la sensación de que tenía el partido justo donde había soñado. Y Koeman quiso invertir la tendencia metiendo a Dembélé. El técnico finiquitaba así su propuesta de jugar con tres centrales y recuperaba la defensa de cuatro.

El Barça generó peligro. Pero en la jugada siguiente, Kike apretaba a Araujo y le robaba la cartera para batir a Ter Stegen. Diez minutos le duró la alegría al Eibar, lo que tardó Dembélé en rematar cruzado una asistencia de Junior.

En esos último minutos, el Barcelona perdía además Coutinho por lesión. Demasiadas cosas a gestionar para un equipo mentalmente inestable y de fútbol ciclotímico.