Termina 2020 dado la vuelta, a tal punto normalizando lo extraño que es extraño aquello que era normal. Varios equipos del EDVM Pereiró y el Peñasco disputarán amistosos hoy y mañana en el campo federativo de Coia. Un acontecimiento absolutamente rutinario en cualquier otra época, preferentemente veraniega. Un hito en esta campaña que había consistido hasta el momento en una eterna pretemporada limitada a entrenamientos. Esos duelos entre los dos clubes vigueses con árbitros oficiales serán, de hecho, los primeros amistosos de sus categorías en toda Galicia.

La Federación Gallega publicó a comienzos de semana protocolos y fechas previstas para el inicio de las competiciones de su jurisdicción. El organismo presidido por Louzán ha anunciado que la Preferente arrancará el 24 de enero y las demás divisiones, en dos fases posteriores. Todo el fútbol gallego –siempre a expensas de la pandemia– debería estar en marcha a finales de febrero.

Así que los clubes tienen que empezar a preparar sus agendas para que los jugadores desentumezcan las piernas y ensayen contra rivales aquello que han estado practicando en entrenamientos. “Llevamos ya dos meses trabajando”, recuerda Choco, director deportivo del Peñasco. “Saber que podremos jugar, cumpliendo los protocolos, ha sido una alegría para todos”.

Las buenas relaciones entre Peñasco y Pereiró ha propiciado una iniciativa que facilita la disputa de estos primeros amistosos. Al enfrentarse varios equipos de los dos clubes “se evitan traslados y todo resulta más sencillo”, explica Choco. Los infantiles abrirán la jornada en Coia a las 9.45; después, dos partidos de benjamines (11.30) y cadetes (12.45); mañana será el turno de los juveniles (10.00) y de los equipos séniors que militan en la Tercera Gallega (12.15). Todos los jugadores séniors se habrán sometido anteriormente a los test de antígenos y los de categorías inferiores jugarán con mascarilla. La delegación viguesa del Comité de Árbitros enviará afiliados a dirigir estos encuentros. También se inicia así para ellos la preparación práctica de la temporada.

“La idea surge de la necesidad de animar a nuestros jugadores y cuerpo técnico debido a la falta de competición. Se hace duro entrenar todas las semanas y no poder comprobar el resultado, la única forma es competir”, relata el presidente del Rápido de Pereiró, Jorge Raposo. “Transmitimos esta inquietud a la Federación Galega de Fútbol y gracias a la colaboración entusiasta de Fernando Iglesias (vicepresidente federativo) hemos conseguido cerrar un protocolo, fechas y recinto”.

“Agradecemos al Concello de Vigo el esfuerzo, adaptando las instalaciones deportivas del Monte de la Mina para realizar las actividades de entrenamiento”, comenta Raposo sobre lo realizado desde que los equipos de su entidad retomasen la actividad. “Hay que poner en valor al cuerpo técnico del club y jugadores por ser capaces de cumplir normas y protocolo contra el COVID. El trabajo es gratificante y nos llena de satisfacción ver un campo lleno de niños, niñas y jóvenes entrenando. Pero llega un momento que se hace necesario competir”, concreta.

Raposo retrata un cuadro de ilusión (“los padres, encantados; los jugadores, impacientes y muy ilusionados”) que Choco, desde su parte, refrenda, tanto la “predisposición de los padres”, como “la ilusión de los pequeños”. Se permitirá la asistencia de público, en número sujeto a las medidas de seguridad.