Manuel Costas Sanromán, leyenda del Sevilla y natural de Panxón, falleció ayer en la capital andaluza a los 78 años de edad. Costas fue un magnífico central nacido en Galicia que, sin embargo, desarrolló su carrera muy lejos de su tierra.

Hijo de un marinero de Panxón, comenzó a jugar en el Dunas, pasó por el San Miguel de Oia y el Gran Peña. Mientras hacía la mili en Ferrol jugó en el Raciny y desde allí le llevaron a probar al Sevilla cuando tenía apenas diecinueve años. El conjunto de Nervión le hizo un hueco en el filial aunque en la temporada 1963-64 debutó con el primer equipo. Había sido fichado como central, pero una cesión al Recreativo de Huelva le cambió la carrera. Allí fue utilizado como central y cuando regresó al Sevilla se hizo un hueco en el eje de la defensa a las órdenes de Ignacio Eizaguirre.

Desde ese momento comenzó una etapa en la que fue titular durante casi diez temporadas en el Sevilla, donde llegó a jugar 279 partidos y anotó tres goles. Manuel Costas vivió vaivenes muy pronunciados en el equipo. Jugó la Copa de Ferias con los andaluces, llegó a lograr el tercer puesto en Primera, pero también vivió los dos primeros descensos a Segunda. En 1973 dejó el Sevilla y acabó sus días como futbolista en el Linares. Se afincó en Sevilla, pero nunca olvidó sus orígenes. Su presencia en Panxón era una cita ineludible cada verano. Deja un recuerdo fabuloso como futbolista y como ser humano.