Riazor acoge esta tarde un partido difícil de etiquetar. El Celta B visita por primera vez en su historia al Deportivo, una experiencia algo traumática para los coruñeses; un motivo de fiesta para la hinchada viguesa. El enfrentamiento, impensable en otro momento, pone de manifiesto la diferencia que ahora mismo hay entre ambos clubes y que se sustanció hace unos meses cuando los coruñeses perdieron la categoría y cayeron a la Segunda División B. Desde ese momento se esperaba el partido con una inevitable dosis de morbo. El que conlleva ver este atípico enfrentamiento al que Fernando Vázquez niega la categoría de derbi al no producirse contra el primer equipo.En la historia solo hay una especie de precedente: a comienzos de los años setenta cuando los coruñeses se midieron al Gran Pena Celtista (filial en aquellos momentos del Celta). Han pasado casi cincuenta años y generaciones enteras de aficionados crecieron convencidas de que no vivirían una circunstancia así.

Pero sucederá esta tarde en un partido en el que el Deportivo es favorito de forma descarada, pero en el que la obligación de ganar es absoluta. Por cuestiones clasificatorias y también ambientales. Un tropiezo ante el filial de su máximo rival sería un considerable borrón para Fernando Vázquez y su plantilla, que marchan en cabeza de la clasificación y que no han perdido todavía ni un partido desde que se pusiese en marcha esta extraña Segunda División B dividida en tres fases.

Un tropiezo ante el filial de su máximo rival sería un considerable borrón para Fernando Vázquez y su plantilla, que marchan en cabeza de la clasificación

El Celta B viaja a Riazor con un equipo muy alejado de su mejor versión. Finalmente no han entrado en la lista de convocados buena parte de los futbolistas que suelen entrenar con el primer equipo y a los que Oscar García dio mucho protagonismo en los primeros partidos de Liga. Solo el juvenil Gabri Veiga forma parte de la expedición del Celta B a Riazor. Se quedan fuera de esa lista Fontán, Carreira, Miguel Rodríguez y Lautaro, que es el último al que Coudet ha incluido en el grupo de trabajo de los “mayores”. Onésimo ha tenido que tirar del juvenil para completar la lista. Tiene las bajas por lesión de Mangana y Solís y ante esta situación ha tenido que llamar también a Fran López y José Currás. De este modo, el técnico dará más o menos continuidad al grupo que hace dos semanas impresionó en Salamanca (ganando 0-3) y siete días después se dio un costalazo importante ante el Compostela (0-3 en Barreiro). Lo propio de un grupo tan joven y que se enfrenta a tantas ausencias por diferentes motivos. Para el Celta B el partido es también importante porque no quiere perder de vista las posiciones que dan derecho a entrar en la futura Segunda División B Pro. Además, esta categoría se marcha de vacaciones después de esta jornada ya que no volverá a jugarse hasta el segundo fin de semana de enero.

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La buena noticia para el conjunto coruñés es que volverá a estar arropado por sus aficionados en el Estadio Abanca-Riazor, que contará con un aforo limitado de mil espectadores.

También en el lado positivo figura la recuperación de Miku, que ha superado a tiempo una lesión muscular. Las únicas bajas del equipo coruñés por lesión son el centrocampista Keko Gontán y el central Derik Osede, que se reponen de sus respectivas dolencias y podrían estar disponibles la próxima semana en la Copa del Rey ante El Ejido 2012. A ellos se suma el centrocampista ofensivo José Alonso Lara, sancionado con dos partidos por su expulsión en Pontevedra.