“The defending champion”, introduce Michael Buffer en los grandes combates de Las Vegas. Solo tras presentar al defensor del cinturón animará al público a rugir: “Let’s get ready to rumble”. A Pablo González Izard se le ha negado aquello que es ley escrita del cuadrilátero, también en kickboxing. No podrá defender el centro nacional, que conquistó en 2018 y retuvo en 2019. La Federación Gallega no lo ha seleccionado.

“No sé qué animadversión tiene Cipri, el actual presidente de la Federación Gallega, contra el Gimnasio Simón y contra algún otro club”, indica Izard. Porque la exclusión del combinado galaico afecta a otro compañero de club y de triunfos internacionales, Alberto Loureiro. “En los últimos dos años Berto y yo hemos conseguido muchas cosas; en mi caso, dos campeonatos nacionales, una quinta posición en una Copa del Mundo y ganar otra en Dublín. Este hombre tendría que impulsar nuestro crecimiento y solo lo está frenando. No hace más que poner impedimentos.”

Es cierto que Izard y Loureiro no pudieron conquistar este año el título gallego. Porque se les aseguró que nadie se atrevía a pelear contra ellos. “Normalmente para ir a un Campeonato de España tienes que quedar campeón gallego. Este año Berto y yo no teníamos rivales, según la federación. Sin embargo, cuando veo los resultados, me encuentro con que en mi peso y en mi modalidad se celebró una final”.

“A nosotros nos afecta mínimamente. Ya tenemos cierto bagaje. Nos podemos mover y hacer cosas con la selección española o con otra comunidad autónoma”, analiza. “Lo que me fastidia es que a chavales del gimnasio con menos o ningún rodaje internacional, como Samuel Cordero, Borja Brao, Erik Fernández o Samuel Montero, que pierden tiempo y dinero, les están poniendo piedras en el camino. Este año llegaron a los campeonatos gallegos y no les dejaron pelear o solo sin Simón en la esquina. Sin tu entrenador te pueden noquear y acabar con tu carrera. Los que se ven más afectados son los que están abajo y quieren crecer”.

Izard concluye con amargura: “El debate sobre la mesa está siendo por qué no me convocan al campeonato nacional cuando he ganado dos seguidos y una Copa del Mundo. Y el debate tendría que ser cuánta ayuda me darán este año, qué presupuestos hay en la federación para que viajemos fuera y traigamos resultados internacionales, qué méritos, medallas o distintivos hay para que los chavales se motiven… Es muy triste”.