El camino de España hacia el Mundial de Qatar, que se disputará en 2022, está muy lejos de parecer cargado de obstáculos. El conjunto de Luis Enrique, que desde ayer lidera el Grupo B, tiene ante sí a rivales asequibles. Solo Suecia parece, inicialmente, que pueda planear algún problema. Los otros contrincantes son Grecia, Georgia y sobre todo Kosovo, tan fácil de ganar deportivamente como complicado de jugar ante ellos por cuestiones políticas. El Gobierno español no reconoce al pequeño país de los Balcanes.

Españoles, griegos y georgianos se medirán por cuestiones del azar a un país con el que no mantienen un trato diplomático, aunque es cierto que el Ejecutivo de Pedro Sánchez ha suavizado estos últimos meses las tensiones con Kosovo. El anterior Gobierno nunca quiso saber nada con este país, sobre todo para evitar cualquier comparación con el conflicto catalán, ya que podía haber alguna similitud en la fórmula con la que Kosovo se independizó; eso sí, con una guerra, otra más en una época, a finales del siglo pasado, en la que los Balcanes iban de un conflicto armado a otro. Solo Suecia reconoce a Kosovo.

En lo deportivo, en febrero del 2019 la Federación Española se negó a organizar un partido sub-17 ante Kosovo y al final ese encuentro se jugó un mes más tarde en Nyon, gracias a las gestiones de la UEFA.

Ahora, a pesar de que sigue sin haber relaciones internacionales, la tensión se ha rebajado algo, hasta el punto de que el pasado mes de mayo el presidente Sánchez, aunque puso algunos requisitos, sí asistió a una cumbre europea en la que también estaban presentes los máximos dirigentes kosovares, por lo que ahora, a partir del mes de marzo del año que viene, no debería existir ningún problema para que Kosovo se convierta en un contrincante dócil y fácil de batir.

España, sí o sí, lo tendrá muy fácil para conseguir el viaje a Qatar porque se tomó muy en serio un torneo denominado Liga de las Naciones de la UEFA que, aunque no acabe de entusiasmar al aficionado, ahora le ha servido, tras acceder a la final de esta competición, para encabezar un grupo con cinco selecciones en vez de seis (menos partidos y viajes) y para asegurarse, en caso de una crisis deportiva sin precedentes, una plaza al menos para disputar en noviembre del año que viene el play off que otorgará las tres últimas asignaciones de las 13 totales.

En los bombos comparecieron 55 países que buscarán las 13 plazas, con 10 selecciones que se clasificarán directamente como primeras de grupo y otras tres que buscarán el billete en un play off. Los segundos de grupo serán los equipos que ingresarán en este play off, pero España, como finalista de la Liga de las Naciones, se ganará igualmente la plaza en el supuesto de quedar tercera de grupo o incluso, lo que parece casi imposible, por detrás de esta posición.

“Es tan ilusionante jugar este torneo que, independientemente de los rivales que nos haya tocado, España debe hacer una buena clasificación para poder disputar otro Mundial y subir puestos en la clasificación de la FIFA”, afirmó ayer Luis Enrique.