Día de luto para la comunidad de argentinos que residen en Vigo y en su área. Día triste, de asimilar la pérdida de un mito, de un referente, de un mago del balón que unió a todo un país, sumido desde el miércoles en la desolación por su pérdida.
“Maradona ha sido un referente para todos los argentinos que nos gusta el fútbol. Ha sido la persona que nos inspiró cuando éramos pequeños para jugar y hemos crecido a través de esa inspiración”, dice Mariano Agüero que ejerce como entrenador en Val Miñor.
“En Argentina el fútbol está tan involucrado en la sociedad que todos soñamos con ser futbolistas y él ha alimentado ese sueño”
En una época difícil para Argentina, que venía de una guerra en las Malvinas, “él ha sido la bandera del país”. “La gente estaba muy apagada y con su actuación ante los ingleses en el Mundial lo hizo recuperarse de su pasado”, valora.
“Fue una guerra que nunca tenía que haber existido y él nos dio la otra cara de la victoria”
Así que para Agüero, su pérdida es irreparable: “Maradona siempre viene amagando. Todos sabíamos que este día podía llegar, pero llega de una forma tan rápida que no estábamos preparados, pero es la realidad de la vida".
"Nos quedamos con el futbolista, como persona ni yo ni nadie somos quien para juzgarlo y sobre su vida no puedo opinar más de lo que me corresponde”
“Él hizo lo que todos soñamos, a través de él hemos llegado a cumplir ese sueño”, prosigue. “Lo que ha conseguido ha sido único y no creo que ningún otro jugador lo vaya a repetir”, asegura. Agüero dice que muchos argentinos sienten su muerte como “la pérdida de un familiar”: “Es difícil de explicar, es algo como una religión, algo muy fuerte para el fútbol argentino”.
“¿Quiénes somos nosotros para juzgarlo?”, proclama Fernando Haramoglis, un argentino que lleva 15 años en Nigrán. “Es un día triste, muy triste”, indica mientras reconoce sentirse más afectado con el paso de las horas. “Es un ídolo. Yo, que tengo 48 años, grité los goles del Mundial 86, vivía los partidos del Mundial 90..., seguí toda su carrera. Es un ser humano llevado a la categoría de Dios, para nosotros es así; es un sentimiento que no se puede explicar con palabras”. Su legado es indiscutible, pese a todo lo que trasciende a su figura. “Por sus pecados ha pagado, puede tener detractores, pero lo futbolístico está ahí y han sido dos décadas en las que ha sido el rey del deporte mundial”.
Javier Fernández nació en Quilmes hace 48 años y lleva 20 en España. Él practica una magia diferente a la que Maradona mostraba en el campo, pero magia al fin y al cabo. “Siempre me gustó el fútbol; jugué en muchos clubes pero ninguno profesional”, explica el Mago Rey Midas, como se le conoce aquí.
“Nos criamos queriendo ser Maradona porque era el mejor"
“Aquí no se entiende cómo se puede adorar tanto a una persona que ni conoces, pero es como si en una película el personaje principal se muere. Es como si en una peli de Spiderman, en mitad de la peli se muere Spiderman. Para nosotros es como un superhéroe y es un dolor muy grande, una gran pérdida a nivel mundial”.
“Donde iba era noticia, hiciera lo que hiciera, y siempre estaba dando la nota y ayer la terminó de dar, pero tendremos su recuerdo en el corazón, en el deporte y en el fútbol, y debemos juzgarlo por lo que hizo bien y perdonar todo que habrá hecho mal porque nosotros no somos nadie para juzgarlo”, concluye.
Aldo Pereyra, que lleva 30 años en Galicia y es profesor de Educación Física en un colegio, rememora una frase del artista “Negro” Fontanarrosa: “Qué me importa lo que Diego hizo con su vida, me importa lo que hizo con la mía”. “Creo que esto es lo que define el sentimiento de muchísimos argentinos”, subraya a la hora de poner en valor “el legado deportivo que deja, cómo enarbola la bandera argentina y cómo los une a todos, porque Maradona no es criticado ni por los hinchas de River ni por los de Boca”. Pese a lo controvertido de su figura, Pereyra sostiene que “lo que hizo por los sentimientos de los colores de una selección y de un país no se lo va a quitar nadie”. En este sentido apunta que “los argentinos siempre hemos vivido con dicotomía, siempre estamos una mitad contra la otra, y él logró unirlos. Ahora, en esta dicotomía, se habla de Messi y de Maradona y yo creo que para lo bueno y para lo malo lo que tenía Maradona le falta a Messi. Los ídolos no se forman solo con buen juego, se forman con otras cosas que tienen que ver con otros sentimientos que generan que la gente idolatre o no a alguien”, afirma.
“No va a haber otro jugador igual, con las mismas características, en lo bueno y en lo malo”, dice Pereyra. “Algunos critican sus excentricidades, pero no recuerdan su valentía enfrentándose a la AFA y a la FIFA en momentos determinados, defendiendo los derechos de los jugadores como trabajadores. Se le recuerda si se habla con Maduro o con Fidel Castro o si lleva dos relojes, pero más allá de sus frivolidades dejó un legado en cuanto al fútbol se refiere. Como persona, yo no soy quien para juzgarlo”, añade.
Pereyra se imagina que las exequias serán, incluso en tiempos de pandemia, algo “pocas veces visto en Argentina”, solo comparable con los funerales de Gardel o Eva Perón. “Le dio mucha alegría al pueblo en momentos muy difíciles de Argentina y supo aglutinar un sentimiento”. Por eso imprime tanto valor al Mundial del 86: “Veníamos de una postguerra con Inglaterra y aquel gol con la mano fue nuestra revancha, sana porque no pegamos un tiro, y el primer gol fue antológico y se sigue pasando. En ese Mundial liquidamos la humillación que tuvimos en una guerra injusta, incoherente; el pueblo estaba abatido y él enarboló la bandera y le dio una alegría y eso no se lo puede quitar nadie”.
Sobre su vida fuera de los terrenos de juego, Pereyra indica que “sus adicciones no le ayudaron en nada. Imagínate lo que hubiera sido sin sus adicciones, sin una vida tan desordenada”. Ahora, ya en su ausencia, “el mito seguirá creciendo todavía más después de su muerte”.
“Somos reconocidos en el mundo gracias a él”
Diego Luzzi, que trabaja de ayudande de campo en La Guía FC, en el equipo sénior de Primera Regional, de debe su nombre a Maradona. “Me llamo así por él; mi papá me puso Diego en honor a Maradona”, dice con orgullo. “El día que nací salía campeón Boca, club del cual soy hincha”, prosigue Luzzi, que es de Buenos Aires y que lleva en Vigo desde hace unos 20 años.
“La pérdida de Maradona para todos los argentinos es muy dura futbolísticamente hablando”
“Los mejores recuerdos que tengo de él son del Mundial 86. Lo tengo grabado a fuego, con solo cinco años de vida la verdad es que, como a la mayoría de los argentinos, si me gusta la pelota es gracias a él”, añade. “Nos llevó a lo más alto a nivel mundial, es el hombre que tocó el cielo con las manos y nos quedamos con lo mejor que él hizo con la pelota. No hay un compañero de fútbol que nunca haya hablado mal de él, todo lo contrario. Maradona ha defendido la pelota como nunca, ha defendido el fútbol como nunca y eso es lo lindo y el recuerdo que nos va a quedar a todos los argentinos. Somos reconocidos en el mundo gracias a él y siempre lo recordaremos en el corazón”, concluye.