El entrenador del Coruxo, Míchel Alonso, no se escuda en la simpleza de la estadística. Admite, de hecho, su rotundidad expresiva: “El dato dice cosas”. El equipo vigués es el único de Segunda División B que no ha marcado en las cinco jornadas disputadas esta temporada. Solo le igualan esa ceguera anotadora otros siete conjuntos sumándoles las demás categorías nacionales. Ocho, en total, de los 508 integrantes de Primera, Segunda, Segunda B y Tercera División; la mayoría de ellos, con menos partidos disputados.

La fractura que ha implicado el Covid-19 a nivel futbolístico ha resultado especialmente dolorosa para el Coruxo. Cuando la competición quedó paralizada en marzo, a falta de diez jornadas, los de O Vao eran quintos. Peleaban por el play off, que se les esfumó, y ocupaban plaza de Copa del Rey, que sí disfrutarán, con el Málaga como adversario en primera ronda.

“Venimos de un año en el que parte importante de este equipo hizo las cosas muy bien”, valora Míchel. “Ahora nos vemos en una situación complicada. Pero el mensaje que damos desde dentro es que estamos conjurados, muy unidos y con ganas de sacar esta situación adelante. Si no fuese de esta manera habría que tomar otras decisiones. Pero estamos conjurados para sacar esto”.

Es cierto que la escuadra que dirige Míchel presumía más de equilibrio y rentabilidad (32 goles anotados, 30 encajados) que de efusividades anotadoras. Nada hacía prever, con todo, el arranque actual: cuatro derrotas y un empate, con cero goles a favor y seis en contra. La plantilla se ha diseñado desde la estabilidad. Han podido más, hasta el momento, los vaivenes de la época, con una Segunda B que ha pasado de 80 equipos divididos en cuatro grupos a 102 en diez subgrupos.

Y de esos 102, el Coruxo es el único que sigue sin ver puerta. Leioa (2A), Atlético Levante (3B) y llamativamente el Barcelona B (3A) sufren similar carencia, pero al menos han anotado un gol.El caso del Coruxo no se repite entre los 20 miembros de Primera y los de 22 de Segunda. Y escasamente entre los 364 equipos que juegan en los 36 subgrupos de Tercera División, donde se empezó algo más tarde y se avanza a trompicones, entre la proliferación de aplazamientos por positivo. Los que mantiene su casillero de goles a favor a cero son Praviano y Lenense (2A), Colunga (2B), Paterna (6A), Villaverde (7B), Cebrereña (8B) y San Juan (17A).

Las crónicas no hablan de un Coruxo incapaz, sino de uno ineficaz en el tiro o impreciso en los metros finales. O incluso desafortunado, como con la anulación de un gol ante el Salamanca que los testigos reclamaron como legal. “Todos estamos de acuerdo en que el equipo está mejor que lo que dicen los resultados. Pero la realidad es la que es”, acepta el entrenador. Tenemos un punto y cero goles a favor. A partir de ahí queda asumirlo y trabajar. No estamos haciendo todo mal pero debemos mejorar en muchas cosas e incluso cambiar. En eso estamos”.

Para Diego Silva, uno de los delanteros del equipo, “el hecho de no haber marcado ningún gol esta temporada es una mezcla de circunstancias que parecen haberse puesto en nuestra contra. No estamos finos en esa faceta, pero tampoco hemos tenido esa pizca de suerte que aparece en otros momentos. El juego del equipo está siendo bueno y se estan generando ocasiones. Pronto llegará ese primer gol que nos dote de confianza para seguir”.

“En estos cinco partidos hubo momentos de hacer ocasiones suficientes para meter gol. Pero en otros no estamos tan bien, es evidente. Rondamos mucho la portería rival, pero nos falta finalizar”, abunda Míchel, que en este parte del proceso apunta ya a la inseguridad que puede alimentarse con la sequía. “Es de alguna manera más un problema mental que táctico. El equipo se ve muy lejos de hacer gol. Hace mucho esfuerzo y no llega. A partir de ahí tenemos que ser equilibrados, trabajando para que llegue el gol pero sin llegar a obsesionarnos”.

Evitar la ansiedad

Silva, por su parte, se mantiene asertivo y enfático: “Es justo en lo que no podemos caer. Si nos afecta mentalmente estaríamos cometiendo un grave error. Tenemos que pensar justo lo contrario y ganar esa confianza que necesitamos. Lo positivo del fútbol es que cada domingo te da una oportunidad de resarcirte del anterior y con esa mentalidad tenemos que afrontar el siguiente partido”.

El ariete asume que no existen fórmulas sencillas ni atajos hacia las ansiadas mallas. “No hay una varita mágica que se pueda tocar y con ella vengan los goles, no hay una solución concreta, simplemente seguir intentándolo hasta conseguirlo. Es cuestión de tiempo. Si nos ayudamos como equipo y no caemos en la ansiedad pronto podremos revertir esta situación”, sostiene. “El equipo sigue bien. Seguimos fieles al estilo que nos ha dado tanto el año pasado y sabemos que si seguimos en este camino llegarán los goles y con ellos los buenos resultados. Confío en que así será”.