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El vuelo congelado de la mariposa

El positivo por Covid de dos compañeros en el CGTD de Pontevedra impide a Miguel Martínez acudir al Campeonato de España, donde aspiraba a una medalla de oro

Miguel Martínez, en la piscina del Real Club Náutico de Vigo. | // MARTA G. BREA

Si Miguel Martínez cierra los ojos, durante las tediosas horas de su confinamiento, se imagina en la piscina Gaetà Huguet de Castellón; desprendiéndose del albornoz, saludando durante el desfile, desperezando los músculos, acomodándose para la salida... Y justo entonces o quizá un instante después, ya impulsándose hacia el agua, esa fantasía se queda congelada; las alas de una mariposa, de repente inmóviles en pleno vuelo. Es lo que le ha sucedido al nadador del Náutico de Vigo también con los ojos abiertos. Dos positivos en su grupo de trabajo del Centro Galego de Tecnificación Deportiva le impiden participar en el Campeonato de España Absoluto, que hoy comienza en la ciudad levantina. Martínez iba a competir en cinco pruebas y en una de ellas, como favorito al oro. “Había preparado este campeonato desdel el verano. En mi cabeza sigue que iba a estar en la cámara de salida, en el poyete”, confirma, asumiendo la conveniencia del protocolo sanitario sin librarse por ello de esa pesadumbre que define como “fastidio”.

La natación se cuenta entre los deportes individuales más afectados por las restricciones debido a la infraestructura que implica, bajo techo, sin ventilación aireada, con la obligada ducha. Por eso se detuvo pronto y se reinició tarde. “Y no es un ejercicio que realices en tu vida cotidiana”, añade Miguel Martínez, que ejemplifica: “En atletismo, aunque no entrenes, sigues caminando. En natación, tres días sin estar en el agua se notan muchísimo a la vuelta, imagínate diez o el tiempo en cuarentena desde mayo”. Al fin, el ser humano retorna al agua de la que proviene con la torpeza de aquel distante vertebrado que la abandonó por primera vez, arrastrándose fuera, a la vez que la nostalgia del útero materno.

Martínez, levantada la veda, volvió a recobrar el ritmo. Le impulsaba la pasión y una clara meta que cruzar al tiempo que los 20 años de edad. Logró clasificarse para varias pruebas en este Campeonato de España otoñal: todas las distancias de mariposa (50, 100 y 200 metros), además de en 200 y 400 estilos. Una muestra de la polivalencia del vigués, que cuando la planificación se lo permite se atreve con largas distancias y ha sido subcampeón nacional de aguas abiertas.

“Me defiendo muy bien en cualquier tipo de prueba. Igual la braza es mi debilidad”, admite. “Mi fuerte es la mariposa. Iba muy preparado a ese campeonato”. La natación, además de las sensaciones, se sostiene argumentalmente sobre el cronometro, que alentaba ese optimismo: “Tenía expectativas de quedar campeón en 200 mariposa, mi prueba favorita. Era en la que más veía que podía llegar yo ahí. El año pasado quedé tercero. Este año iba a mejorar mi tiempo con creces. He hecho bastante bien el trabajo. Se veía que lo iba a mejorar”.

Pero el deporte actual incluye la amenaza perpetua del Covid. Cada test criba los planes. Miguel se ejercita en el Centro Galego de Tecnificación Deportiva, en Pontevedra. Va y viene todos los días. En el grupo de trabajo tiene diez compañeros, más otro par externos. A todos los deportistas del CGTD se les practican análisis de manera rutinaria. Uno de los nadadores dio positivo en el test de antígenos de la semana pasada. Los demás, no. La prueba se repitió este lunes, justo antes de que los clasificados para el Nacional viajasen a Castellón. Apareció otro positivo. “Se complicó la cosa. Aunque los demás dimos negativo, ya no nos permitieron acudir al campeonato”, resume Martínez.

No uno sino tres negativos en test de antígenos en su caso, aún pendiente de PCR. “La probabilidad de dar positivo era mínima”,evalúa. No importa. El contagio de dos compañeros basta para condenar a todos los demás a diez días de cuarentena domiciliaria. “También uno de esos nadadores dio negativo la semana pasada y positivo en esta. Lo puedo estar incubando y a los tres días dar positivo. Por precaución no es posible. Lo entiendo”, asegura el vigués. “Al principio me costó asimilarlo. A un día de marcharme de viaje me lo dicen y cómo te quedas, después de tantos meses de entrenamiento...”.

Resignado, descuenta los días para someterse a otra prueba PCR y si se certifica su salud, regresar al CTGD. “Volver a entrenar igual si costará un poco la primera semana, pero recobraré el nivel en el que estaba”. Será, de momento, sin fechas concretas en su calendario: “Ahora mismo la competición está muy parada en nuestro deporte. Hay que estar preparado para cuando haya la posibilidad”. La mariposa agita sus alas.

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