En su Redondela natal los hermanos Montes -Jacobo (1977) y Marcos (1975)- crecieron "viendo al gran Dépor que peleaba y ganaba la Liga, la Copa y que llegaba lejos en la Champions". El domingo se enfrentarán al equipo coruñés desde el banquillo del Guijuelo, al que dirigen "como un tándem, al 50%" en las decisiones, según explica Jacobo, cuya licencia es de primer entrenador. Su hermano figura como su segundo, pero en la práctica aseguran que comparten la responsabilidad a partes iguales. "Generalmente realizamos dos tareas tácticas cada día -argumenta Marcos-. Él suele regir una y yo la otra, y ayudándonos siempre haciendo correcciones para que todo funcione mejor". ¿Y qué pasa si hay discrepancias al decidir un once? "Evidentemente si no llegamos a un acuerdo la última palabra la tengo yo -responde Jacobo- pero nos conocemos tan bien que es rara la situación en la que tengamos alineaciones dispares".

Es la fórmula de los Montes, que de cara al domingo no preparan un planteamiento ultradefensivo ante el Dépor, al menos de inicio. "No vamos a buscar un partido para encerrarnos, porque ahí no somos fuertes. Somos más fuertes intentando proponer y siendo valientes -asegura Jacobo-. Es un partido en el que tenemos mucho que ganar y poco que perder. Nuestras opciones pasan por hacerles daño también con balón, no solo con fútbol directo". Idéntica lectura hace su hermano Marcos al defender que la intención del Guijuelo el domingo contra el Dépor será "buscarles las cosquillas y tratar de hacerles daño". "Nuestra primera idea no es la de encerrarnos para estar todos por detrás de la pelota y defender los 90 minutos, nuestra idea es otra", recalca el mayor.

Coinciden en que el Deportivo es "el mejor equipo" no solo del grupo 1 de Segunda B, sino de los 102 que compiten en la categoría. Crecieron en el Alondras, en el Coruxo y en el Celta B, y ahora afrontan su primera experiencia fuera de la comunidad autónoma. De ahí que para ambos el encuentro del domingo sea especial: "Somos gallegos, y gallegos de los que creemos que tanto el Deportivo como el Celta tienen que estar siempre en Primera para disfrutar de un derbi de máximo nivel -explica Jacobo-. Es un partido muy importante porque te enfrentas a un rival de tu tierra al que quieres batir porque lo teníamos como referencia cuando empezábamos a dar nuestros primeros pasos tanto como futbolistas como luego como entrenadores".

El hándicap del césped

Los hermanos Montes defienden que el terreno de juego del Municipal Luis Ramos, de hierba artificial, permite "jugar al fútbol" pese a sus "peculiaridades". "La gente piensa que es pequeño pero mide 101 de largo por 65 de ancho -expone Jacobo-. El problema de los sintéticos es que necesitas más tiempo para hacer un control y parece que el rival está más cerca y el campo se hace más achicado de lo normal, pero tiene unas dimensiones aceptables". "No es tan grande como Riazor -matiza Marcos- pero no hablamos de una ratonera ni de una encerrona".