Un regalo envenenado. Ese es el resumen que se podría hacer del sorteo de Copa del Rey celebrado el pasado lunes, y en el que el Coruxo quedó emparejado con el Málaga, de Segunda División.

Y es que no cabe duda de que en condiciones normales sería la eliminatoria soñada por el club vigués, que este año cumple su nonagésimo séptimo aniversario. Una eliminatoria de Copa del Rey, ante un rival con un amplio historial. ¿Qué más se podría pedir?

Sin embargo, la eliminatoria le supone a la directiva un auténtico quebradero de cabeza. Por un lado, la situación de la pandemia impide que el campo de O Vao se llene para un partido que los más de mil quinientos socios del club seguro que no se quieren perder. Vamos a ver cómo está la situación ese 16 de diciembre para saber el número de aficionados que pueden acudir al campo.

Pero el club que preside Gustavo Falque tiene otro problema más importante y que podría obligar a tener que jugar el partido en otro campo. Aunque está prevista la fecha del 16 de diciembre, serán las televisiones las que decidan finalmente el día y hora de comienzo del partido. Ahí vienen los problemas, puesto que si el inicio del partido está previsto para más tarde de las 16.00 horas, el Coruxo no podría jugar en su campo, ya que no tiene luz.

El problema de la iluminación en O Vao es algo que viene de muy lejos. De hecho, en la eliminatoria de la última edición de Copa ante el Mirandés, la temporada pasada, la prórroga del partido se jugó casi a oscuras, ya que los focos que tenía entonces el campo prácticamente no iluminaban nada.

Para colmo de males, los últimos temporales aflojaron las sujeciones de los pocos focos existentes, por lo que el club decidió retirar todos por precaución y seguridad. De hecho, esta temporada el equipo va a jugar todos los partidos como local los domingos por la mañana. Así que ahora, todos pendientes de lo que diga la televisión.