Desde la Navidad del pasado año Carmela Cardama (Vigo, 1996) no había podido regresar a casa. La mediofondista, que estudia y compite en Oregón, pudo venirse hace dos semanas y permanecerá en la ciudad olívica hasta enero, compaginando sus clases online con la preparación en busca de la mínima olímpica tanto en el 5.000 como en el 10.000. Un objetivo ambicioso que está dispuesta a intentar y para el que se ha aliado con la céltica Alice Finot, que recientemente se ha proclamado campeona de Francia de 3.000 metros obstáculos y que también tiene en mente hacer la mínima para Tokio.
“Este verano era complicado venir, pero ahora me pareció que era el mejor momento y me decidí. Aproveché que este año, con el tema del Covid-19, todas las clases son presenciales pero a través de Zoom, por lo que las puedo hacer desde aquí”
“Este verano era complicado venir, pero ahora me pareció que era el mejor momento y me decidí. Aproveché que este año, con el tema del Covid-19, todas las clases son presenciales pero a través de Zoom, por lo que las puedo hacer desde aquí”, explica Cardama, que estos días ha vuelto a rodar por el parque de Castrelos que la vio crecer.
“Tuve bastante tiempo para hacer un buen entrenamiento de base y después un poco más de entrenamiento de intensidad mientras estaba en Eugene (Oregón), así que estos dos meses en Vigo puedo encontrar lo que necesito para entrenar, explica:
“Tento algunos grupos de gente con los que puedo rodar o hacer series, aunque el tema del gimnasio es un poco más complicado y me lo estoy montando en casa pero aquí lo puedo hacer funcionar”.
Y en su planificación entra la céltica Finot. “Estoy aprovechando para entrenar con otra gente, con otras perspectivas y otros ritmos y he tenido la suerte de contactar con Alice; la idea es echarnos una mano y preparar algún 5.000, o así, en cross juntas. Siempre te da calidad tener una compañera de su nivel”, explica. La viguesa no ha competido nada durante el verano, no como la francesa, que en septiembre ganó el título nacional de Francia y activó sus opciones olímpicas al quedarse a solo 15 segundos de la mínima. “En verano podría haber encontrado oportunidades en Oregón, hubo carreras, pero mentalmente no estaba preparada”, reconoce Cardama:
“No podía estar preocupada por competir porque estaba angustiada por otras cosas. Hicimos un par de carreras de equipo, y en una hice de liebre, porque no estaba lista para competir”
“La competición te ayuda a ver tu progreso, a ponerle un número, es algo muy objetivo, y por otra parte te da esa chispa que en las series no das”, reconoce. Pese a todo, prefiere “no agobiarse” con la idea de cuándo podrán volver a la competición. “No tiene sentido”, asume. Ahora se centra en “encontrar oportunidades como hacer un 5.000 con Alice o, una vez que vuelva en enero a Eugene, competir con mis compañeras de club; creo que eso sustituirá, más o menos, a la competición o por lo menos hará que se sea más fácil volver una vez que se pueda”.
Lo que tiene claro es que todavía queda tiempo para intentar hacer las mínimas para Tokio. En plural, porque su intención es la de intentar “la mínima por lo menos en las dos distancias y los objetivos siguen siendo los mismos”.
“Lo que hemos tenido que hacer es adaptar un poco la situación porque normalmente tanto en verano como en otoño suelo competir, por lo que estamos buscando ahora oportunidades de simulación de carrera”
Así que intenta sacar una lectura positiva de la situación. “Dentro de lo malo, he podido venirme un poco más de tiempo a casa sin estar tan preocupada por entrenar porque como son entrenamientos más de base sé que no necesito unos tiempos rapidísimos, pero sí compañeras que me tiren. Por otro lado, entrenar sola a veces viene bien también para hacerse un poquito más fuerte”, valora.
Así que confía en tener oportunidades para sellar su billete para Tokio cuando regrese a Estados Unidos. “Tenemos una pista completamente nueva, la acababan de abrir, y tengo claro que, al margen de que haya otras carreras, en mi universidad vamos a hacer carreras; tengo compañeras que están al mismo nivel que yo, o muy parecido, y lo afronto con menos incertidumbre porque sé, que haya carreras externas o no, en la temporada de pista tendremos oportunidad de hacer marcas”, asegura. En ese sentido, el cambio de fechas de los Juegos no le ha perjudicado.
“Me dio la oportunidad de centrarme en hacer más cosas de fuerza y hacer kilómetros, que eran un poco mis debilidades"
"Yo era una atleta que tiraba más por hacer pocos kilómetros y esta situación me dio la oportunidad de centrarme en eso. También me permitió centrarme mucho en la investigación que estaba haciendo allí e incluso me contrataron en verano y eso me mantuvo bastante ocupada”. Ahora se centra en su camino hacia Tokio y parte de ese camino lo hará junto a Finot en Vigo.